Amir Gómez, 21 años.

Amir Gómez, carlospacense de 21 años, estudiante de la Licenciatura en Comercialización de la Universidad siglo 21 (CAU Villa Carlos Paz) ideó durante los primeros días del Aislamiento Social debido a la pandemia, un Botón antipánico digital de fácil acceso para todas las víctimas de violencia de género.   El invento busca efectivizar la solución que el botón antipánico físico no logra, tanto por falta de unidades como por complicaciones de su uso (se queda sin batería, es poco discreto y puede genera más violencia si es detectado, entre otras).

En el marco del concurso lanzado por la misma casa de estudios “Desafío Emprender e Innovar 2020”, el joven, que además trabaja profesionalmente en Marketing digital, pensó en un proyecto innovador que da respuesta a una de las problemáticas que genera la pandemia: el incremento de las situaciones de violencia de género y al mismo tiempo busca mejorar un dispositivo que en un gran porcentaje de casos, resulta poco efectivo.

“Conectado a las fuerzas de prevención y seguridad, sería una solución ideal para que estas lleguen de manera temprana, cuando la víctima comparte ubicación en tiempo real, simplemente entrando a una página web”, explicó Amir en conversación con Carlos Paz Vivo!

Incremento de tensiones intrafamiliares

Uno de los efectos de la cuarentena obligatoria fue el incremento de las tensiones intrafamiliares, esto se vio reflejo en un registro de más casos de violencia. A lo largo de un mes,  aumentaron un 39% los llamados a la línea 144 en la provincia de Córdoba (300 llamados por día).

Para desarrollar la idea del botón antipánico digital , Amir analizó las soluciones actuales o las opciones que las víctimas de violencia de género tienen hoy por hoy para defenderse o evitar que el agresor persista en sus amenazas o actitudes, como lo son: llamar al 144,  la campaña barbijos rojos, la App No estás sola, y el botón antipánico físico.

Respecto a estas alternativas, Amir advirtió: “La línea de emergencia incluye hacer un llamado, lo cual es detectado por el victimario; la campaña barbijos rojos tiene la dificultad de trasladarse hasta una farmacia y que el personal sepa cómo actuar. No estás sola app, implica que cinco personas tengan instalada la misma aplicación para que puedan actuar, poniendo más intermediarios entre la víctima y las fuerzas de seguridad. Por último, el botón antipánico, es un dispositivo similar al de un celular, que tiene cuatro problemas importantes, que lo hacen poco efectivo”.

Inmediatamente, detalló: “Estos son: es fácil de detectar por el victimario, su hardware presenta dificultades como quedarse sin batería, es costosa su producción y distribución. Y por último, hay mucho desabastecimiento en zonas claves de nuestro país, como en nuestra provincia.

El botón antipánico digital

La propuesta del Botón antipánico digital intenta ser una herramienta eficaz para las víctimas de violencia de género y los entes encargados de la seguridad de estas, los responsables de distribuir los botones físicos que se usan actualmente.

“El hecho de que sea una aplicación Web, hace que simplemente se pueda ingresar entrando a un punto com, como el ejemplo www.antipánico.com.ar. Este botón digital es de fácil accesibilidad para la víctima, indetectable por el victimario previniendo que la situación escale para peor, y el costo es muy bajo, teniendo que mantener servidores y un dominio, anualmente”, sostuvo el joven emprendedor.

Su funcionamiento, paso a paso en el video:

-¿Cómo surgió la idea de tu proyecto?

-Hace tiempo que vengo siguiendo los datos estadísticos de la violencia de género en el país y el mundo. Así como sigo los datos, también las soluciones que se implementan. Cuando lanzaron las temáticas del desafío me puse a buscar profundamente las acciones que se están tomando en contra de la violencia de género -y la violencia en general-, y me di cuenta que no solo son ineficientes, sino que también son inútiles en más casos de lo que deberían. Además, me gusta y soy parte de la transformación digital en todos los aspectos, y este es el ejemplo justo de algo anticuado y costoso que debería ser reemplazado por algo moderno de bajo costo.

-¿Cómo pensás desarrollar el software?     

-Hace más de 4 años que trabajo coordinando diferentes proyectos digitales, por lo que el equipo sería un programador freelance para la implementación técnica. En cuanto a la supervisión y asistencia la haría yo, en principios. Tengo conexión con muchos programadores de diferentes partes de Argentina que cumplen los requisitos.

-¿Por qué creés que no se llevó a cabo una solución de estas características para víctimas de violencia de género hasta ahora y con qué amenazas puede encontrarse este botón antipánico digital, que atenten contra su funcionamiento?

-Creo que, al igual que en muchos otros aspectos, en este país no se piensa en lo más eficiente al momento de solucionar una problemática. A veces las personas a cargo de solucionarlas no omiten lo digital por maldad, sino por desconocimiento, y justamente eso es lo que puede haber pasado cuando se puso en marcha el proyecto de entregar botones antipánico actuales. También es cierto que hace 2 años la tecnología de ubicación de Google no funcionaba de la mejor manera, cosa que ahora sí hace, y posibilita que el botón antipánico digital cumpla su función. La amenaza que puedo encontrar es que depende de entes gubernamentales aceptar la solución, tienen muchos procesos burocráticos que hacen que las cosas no sucedan rápido o de la mejor manera. Otra es que ya hay una “solución” para lo que yo propongo aunque no es la mejor, y más allá del argumento que doy en contra de esta “solución”, me refiero al botón antipánico físico.

-¿Cómo se sostendría económicamente el proyecto?

-Idealmente, es el Estado a través de las organizaciones correspondientes quien lo financiaría, pero no solo eso, sino que se puede actuar por otras vías como crear un crowdfunding y también se puede viralizar la idea para llevarla a cabo en un principio.

La sustentabilidad económica es uno de las mayores ventajas que tiene esta solución, ya que solo hay que renovar hosting y dominio (no más de $3.000 por año), y tiene un mínimo mantenimiento de la plataforma si correspondiese, que está incluido en el presupuesto del programador durante el primer año. Hoy cada botón antipánico cuesta aproximadamente entre $1.500 y $2.000, y no solo trae muchos inconvenientes en el uso, sino que a una demanda real de 100 por día, se deberían gastar $200.000 diarios para abastecer a todos los demandantes: $2.400.000 de pesos por año. Con lo que se gasta de dinero público en un día en botón antipánico físico, hay botón antipánico digital para más de 10 años, incluyendo mejoras en la tecnología y funcionalidades.

-Más allá del resultado del concurso, ¿Tenés la intención de ponerlo en funcionamiento?

-Sí, totalmente. En la semana me puse en contacto con grupos interesados en el proyecto y les pareció muy bueno presentar el proyecto en diferentes organizaciones: El Polo de la Mujer, Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad y Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba.

Es necesaria alguna de estas conexiones para llevarlo a cabo, puesto que la cooperación de la policía para la acción y de alguno de estos entes para el seguimiento de los casos, es una de las bases de este proyecto. Además, si no consigo financiamiento pero sí la cooperación, haría un crowdfunding e intentaría viralizar la idea.