Un preadolescente de 11 años quedará bajo la guarda de un docente al que considera su “referente afectivo”, según lo avaló un juez que consideró que el maestro había empezado a tejer el vínculo con el pequeño desde que este se encontraba al cuidado de una tía, que finalmente murió de cáncer.

Así lo resolvió el juez con competencia múltiple de Villa Cura Brochero, José María Estigarribia, por considerar que era lo que exigía el interés superior del pequeño.

Como los padres del menor no están en condiciones de ejercer sus responsabilidades parentales, el niño quedará bajo la guarda del docente, al que le reconocieron la posibilidad de iniciar los trámites preadoptivos, según explica el sitio web Justicia Córdoba.

El juez hizo lugar al pedido del maestro para que no se declarara al menor en situación de adoptabilidad, tal como había pedido la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF).

Ahora el docente deberá cumplir con los requisitos exigidos por la Justicia para obtener la guarda con fines adoptivos.

En la sentencia, el juez ratificó que todos los esfuerzos desplegados demostraban que los progenitores del niño no eran idóneos “para cumplir con la función esencial asignada por la ley, de crianza, educación y contención afectiva de sus hijos menores de edad”. Esto, a pesar de los propios intentos del docente porque el niño se revinculara con su familia de origen.