Lo anticipó el diputado Carlos Gutiérrez (Córdoba Federal) al finalizar el encuentro entre la Mesa de Enlace y el Interbloque Federal

Al finalizar la reunión del Interbloque Federal con la Mesa de Enlace nacional, el diputado Carlos Gutiérrez (Bloque Córdoba Federal) anticipó: “La semana que viene vamos a presentar un proyecto que plantea eliminar gradualmente las retenciones agropecuarias en un término de 5 o 6 años, y que en ese período de tiempo, las mismas sean tomadas a cuenta del Impuesto a las Ganancias”.

Según indicó, la iniciativa también contemplará a “otros sectores productivos y aspectos como créditos a generar, etcétera”.

“Es lo que venimos manifestando desde el Bloque Córdoba Federal desde la campaña, y lo que nuestro gobernador Juan Schiaretti viene manifestando desde la época de la 125. Porque las retenciones son un mal impuesto que penalizan la producción. A punto tal, que muchos productores de Córdoba han manifestado que están dispuestos a tolerar una alícuota mayor del impuesto a las Ganancias pero no las retenciones. Porque son injustas y castigan a quienes por razones climáticas -u otras- no les va bien. Mientras que Ganancias es un impuesto progresivo – es decir el que tiene más dinero, más paga- y además es coparticipable con las provincias”, dijo.

Y agregó: “Si se requieren más dólares, el campo es el sector más dinámico, puede generar esos recursos en menos tiempo. No se entiende por qué se convierte en un objetivo a destruir. Eliminar progresivamente retenciones a cuenta de Ganancias significa sacarle la pata de encima al productor y dejar que se genere riqueza”.

“En todo caso, se debe mejorar la recaudación de Ganancias, porque la incapacidad del Estado no puede ser un argumento para sostener las retenciones”, señaló.
Gutiérrez aseguró que “nadie quiere desfinanciar al Estado. Pero lo que es necesario es que el Estado no tenga siempre el mismo cliente: el campo. En todo caso, también habrá que readecuar -si hablamos de huecos fiscales- el tema de Aysa, Edenor y Edesur que se llevan la friolera de mil y pico de millones de dólares en subsidios que beneficia injustamente a un sector del país (AMBA)”.