Comenzó la campaña de vacunación contra la gripe en Villa Carlos Paz los primeros días de abril y el Hospital Gumersindo Sayago es nuevamente escenario de colas interminables. Allí, adultos mayores y niños de hasta dos años (grupos a los cuales se les está aplicando dicha vacuna) más otros grupos etarios que requieren otras dosis del calendario de vacunación nacional, esperan horas para ser inoculados.

Aunque el horario de vacunación en el lugar es de 8 a 20 hs, las personas esperan en condiciones desfavorables, sin poder acceder a un asiento y sin saber cuánto tiempo deberán aguardar para recibir su dosis. 

Uno de los factores que agrava la situación es el escaso personal dedicado a esta tarea en el nosocomio y la falta de organización interna y respuesta institucional clara y eficaz hacia los pacientes, para evitar el desgaste de los mismos, la vulneración de sus derechos, así como también la sobresaturación del personal abocado al vacunatorio.

Desorganización y vulneración de derechos

Un día cualquiera en la cola del vacunatorio ocurren situaciones que por falta de organización interna y ciertos vicios institucionales, se vulneran los derechos de los pacientes de diferentes edades.

Una vacuna, ¿especial?

Una madre llevó a su hija de 5 años a vacunarse ya que recibió la notificación sobre la llegada de la segunda dosis de la vacuna que estaban esperando desde hacía un tiempo por una prescripción médica.

La madre con su hija acudieron al Sayago por la mañana y en el lugar había 30 personas esperando para ser inoculadas con la vacuna contra la gripe. La persona que se encontraba a cargo de dar los números (para que la gente fuera atendida) le pidió a la madre que volviera al finalizar la tarde, alrededor de las 19. De ese modo sería atendida sin necesidad de aguardar las tres o cuatro horas de espera estipuladas en ese momento, para quienes estaban en la fila.

La madre regresó a las 19 horas del mismo día. En la cola de unas 15 personas se encontraba un hombre esperando, quien le aseguró a la madre: -No hagas la cola porque no te van a atender. Salió recién la vacunadora y nos dijo que le digamos a la gente que se vaya, porque ella a las 20 horas en punto se va a su casa.

Ella, la madre, le respondió: -Es la segunda vez en el día que intento vacunar a mi hija. Ya está la vacuna para ella según nos informaron y no me voy a ir, porque el vacunatorio está abierto hasta las 20 horas.

Minutos más tarde, un agente de salud se acercó a cada uno de los que estaban en la cola, les pidió el DNI y de ese modo les aseguró el turno.

A las 19.45 hs, la vacunadora salió del vacunatorio y avisó sin ningún tipo de reparo (tiempo de espera de los pacientes, niños y adultos mayores aguardando por su turno) que realizaría su tarea hasta las 20 hs en punto. Le devolvió el DNI a un padre y a su hija (quienes aguardaron alrededor de una hora), y les pidió que regresen al día siguiente.

Paso posterior, la vacunadora llamó a la madre de la niña (de la vacuna pedida por prescripción médica) para decirle que no vacunaría a su hija porque era tarde y se había equivocado respecto a la información que ella misma había brindado sobre la disposición de la vacuna. “Hay una vacuna como les dije pero es para otra persona. Yo hablé de más y se equivocó mi jefa. Cometimos un error. Y no voy a poner otras vacunas del calendario porque a las 8 en punto me esperan mis hijos que están solos en casa”.

Enseguida, la madre de la niña manifestó que debían brindar respuesta institucional coherente al error cometido. La segunda dosis de la vacuna solicitada, según constaba en registros (comunicación vía Whastsapp por motivo exclusivo de la vacuna) se había gestionado desde marzo del 2021 y nunca habían dado una respuesta sobre la llegada de la misma, hasta hacía dos días, a pesar de la constante insistencia y solicitud de información por parte de la madre. Había transcurrido prácticamente un año desde la primera dosis de esa vacuna brindada a la niña.

-Yo tuve buena voluntad y te pasé mi Whatsapp para conseguirte las vacunas y recibo esto, me quiero ir a mi casa. Tal fue la respuesta de la vacunadora, “ignorando que la salud pública no se trata de una gestión de voluntad privada y que su accionar respecto a la tarea desempeñada dentro del hospital es total responsabilidad de la institución”; así lo sostuvo la madre.

Además, la mujer manifestó sobre el tema: -“Cuando se le dijo a la vacunadora que ella es la cara visible de la institución en la parte del vacunatorio y se le explicó que brindando información que no era la correcta, y una atención deficiente, había vulnerado los derechos de mi hija, no solo no lo aceptó, sino que buscó, una vez más, resolver a través de un mensaje de Whatsapp dirigido a su jefa, el problema que se había generado. Además aclaró de ante mano, que ella se estaba yendo y no le importaba cuántas veces habíamos ido al hospital y cuánto habíamos esperado”.

La mujer se fue del Hospital Sayago con su hija alrededor de las 20,45 hs, sin haber vacunado a la niña y con un sabor amargo tras haber sido víctima del destrato institucional.

La vacuna antigripal que nunca fue

Por otro lado, una mamá de una niña de dos años fue tres veces al mismo hospital para vacunarla contra gripe A, pero no lo consiguió.  La información oficial aseveraba que los niños de 6 meses a 24 meses debían ser inoculados, ya que son considerados grupos de riesgo de dicha enfermedad.

Según pudo conocer Carlos Paz Vivo!, esta mujer reclamó la falta de coherencia entre la comunicación oficial y lo que realmente pasaba en el hospital y otros vacunatorios de la ciudad, día a día. “En las tres oportunidades me dijeron que estaban vacunando a agentes y personal de Salud cuando ese no era así”, expresó la madre.

La antitetánica ¡Por favor!

Una mujer de unos 48 años acudió al Gumersindo Sayago este miércoles para ser atendida ya que tuvo un accidente doméstico y como consecuencia de eso se cortó la mano con vidrios rotos. La herida fue profunda y requirió de “unos cuantos puntos”, según relató la paciente.

“Después de que me cocieran me dijeron que tenía que ponerme sin falta la antitetánica. Estaba débil, me sentía mal y era casi el mediodía. Consulté si podía venir después a colocármela, me dijeron la hora, me fui a casa a descansar y regresé”, contó a este medio.

Y continuó: “Volví al Sayago más tarde y luego de esperar dos horas, 10 minutos antes de que finalice el horario de atención, la vacunadora me dijo que volviera mañana. Reclamé como pude en el momento y como estaba enojada y otras personas que estaban en la fila me apoyaban, finalmente me pusieron al vacuna, pero fue un muy mal momento”.

Este miércoles comienza la vacunación antigripal para niños en Carlos Paz