Por Fermín Borthelle, Quiera el pueblo votar; sepa el pueblo votar” (Roque Sáenz Peña -1912-)
Y muy pocos votaron…
La crónica electoral es la de una jornada sin alegría; apática; canónica… con resultados casi anticipados…
La experiencia de recibir en la mesa a unos pocos ciudadanos (83 de 350), desconcertados; enojados; sin entusiasmo…
La elección terminó.
Debiera ahora comenzar una seria reflexión sobre un instituto (la Defensoría del Pueblo) importado de un derecho y sociedad lejana (Escandinavia) y de antemano vaciado de sentido jurídico, en una Carta Orgánica que nació vieja. El rango equiparable al de Intendente y la friolera de su presupuesto este año (más de 22.000.000 de pesos) no superan el evidente fracaso del “trasplante”, más allá de los honrosos representantes habidos y por haber.
En esto días no escuché a nadie decir que la Defensoría es un órgano de control y que allí radica su sentido social (eso en Escandinavia funciona muy bien). Tuve la sensación que no entendían muy bien qué cosa es esto… Al ciudadano, poco le sirve…
Con ello señalo que necesitamos repensar las formas de nuestros gobiernos y nuestras instituciones (sobre todo las de control). Están diseñadas en tiempo pasado…
El resultado de la elección local de hoy es una severa llamada de atención para dirigentes (que no dirigen) y ciudadanos (que no actúan)
Mañana volveré a la escuela; habrá mucha más gente y ruidos de alegría (dentro de lo poco que permite la pandemia). Los alumnos, seguro preguntarán… ¿Cómo les explico la invitación de Sáenz Peña, aplicada a la elección de hoy? ¿De qué modo puedo honrar la memoria de los chicos de Malvinas, que en su generación terminaron de abrir las puertas de la democracia? ¿Hasta acá llega la democracia?…
Tengo algunas respuestas… sería lindo construir otras desde una lógica de diálogo político más abierto.
Dirán que soy ingenuo… quizás no sea el único. Al menos me inquieta…
Fermín Borthelle es director del Instituto Dante Alighieri de Villa Carlos Paz.