Ted Kaczynski, conocido como el Unabomber por aterrorizar a Estados Unidos durante décadas al mandar una serie de cartas bomba que dejaron tres muertos y 23 heridos, murió hoy a los 81 años en prisión.

Kaczynski, un matemático graduado de Harvard, fue encontrado sin vida en la mañana en su celda en una cárcel de Carolina del Norte, donde había sido trasladado en 2021 desde una prisión de máxima seguridad por problemas de salud, sin que por el momento se conozcan las causas de su fallecimiento, informó la cadena NBC News.

Entre 1978 y 1995 había enviado 16 bombas escondidas en paquetes postales a diversas personas y empresas. Después de una larga cacería policial, fue arrestado en 1996 y condenado a prisión perpetua en 1998 después de declararse culpable.

Las bombas de fabricación casera que Kaczynski mandó por correo, entre ellas una que explotó en un vuelo debido a la altitud, modificaron la forma en que los estadounidenses enviaban paquetes y embarcaban en los aviones, incluso antes del 11 de septiembre.

El FBI lo llamó Unabomber porque en principio creía que su objetivo eran las universidades y las aerolíneas.

El matemático, que se había recluido en las montañas de Montana, donde vivía como ermitaño, no conocía a ninguna de sus víctimas y, hasta que fue capturado en 1996, desconcertó a las fuerzas de seguridad y generó inquietud en la población al perpetrar ataques aparentemente aleatorios en todo el país.

Cómo lo encontraron

En septiembre de 1995, bajo la promesa de que dejaría de enviar bombas, consiguió que los diarios The New York Times y The Washington Post publicaran un largo manifiesto en el que expresaba su odio a la tecnología y al mundo moderno, apuntó la agencia de noticias AFP.

El texto, de todos modos, permitió que su hermano David Kaczynski y su cuñada Linda Patrik lo reconocieran y alertaran al FBI, lo que llevó a su captura.

Cuando en abril de 1996 las autoridades lo encontraron en su pequeña cabaña en Montana, donde vivía desde los años 70, el lugar estaba lleno de diarios, ingredientes para fabricar explosivos y dos bombas.

“Desde luego, no pretendo ser un altruista ni actuar por el ‘bien’ (sea lo que sea eso) de la raza humana”, escribió en uno de sus diarios, según se dio a conocer durante el juicio. “Actúo simplemente por deseo de venganza”, indicó.

Un psiquiatra que evaluó a Kaczynski en prisión le diagnosticó esquizofrenia paranoide, pero el matemático no permitió que sus abogados utilizaran la defensa de que era enfermo mental y se declaró culpable.

Sus víctimas fueron Hugh Scrutton, dueño de un negocio de alquiler de computadoras; el ejecutivo publicitario Thomas Mosser y el lobista de la industria maderera Gilbert Murray. Además, un genetista de California y un experto informático de la Universidad de Yale sufrieron mutilaciones por las bombas que mandó Kaczynski en 1993.