Por Fermín Borthele. Que un diputado de la Nación rife el monto de su dieta, con mucha promoción en los medios de comunicación y sin ninguna crítica resulta muy llamativo. Alguno podrá objetar que se trata de una decisión “personalísima”, en tanto el excéntrico legislador que promueve el evento ha resuelto dar el destino que considera adecuado al salario (Dieta) que obtuvo como legislador.

Anticipemos que, donar la dieta o una parte de ella, no es una novedad: existieron y existen casos individuales y es una regla de conducta en los diputados de la izquierda.

Éstos, incluso, han propuesto varias veces –ante lo desproporcionado de los haberes- reducir dichos montos al nivel del salario de maestros o directores de escuelas. Por cierto, de eso no hubo demasiada publicidad… Ni tampoco se comentó el fracaso de la iniciativa…

Sin embargo, la decisión de Milei es objetable. Y por varias razones. En primer lugar, su salario tiene origen público, no privado: es lo que los ciudadanos pagamos por su tarea legislativa, aunque no acordemos con ella o no lo hayamos votado. Luego, porque asume la lógica de las peores prácticas televisivas, visibles en programas de juegos donde, explotando la necesidad, somete a los concursantes a una competencia no muy digna.

El destino del premio, por otra parte, servirá para financiar la necesidad, deseo o capricho, siempre individual del ganador (más allá que, en este caso, los apostadores deberán dejar sus datos personales para –seguramente- engrosar las bases de datos electorales del Diputado en cuestión).

Y, finalmente, la decisión también es reprochable porque existen innumerables organizaciones, instituciones o emprendimientos comunitarios, sostenidos -muchas veces- con el sólo esfuerzo de sus integrantes, a quienes esos dineros les vendría muy bien: ¿no se le ocurrió donarlo a merenderos, comedores, escuelas, clubes o bibliotecas de su distrito?

Milei quiere ser la antítesis de quienes, cobrando suculentas dietas, aprovechan los recursos estatales para vivir a costa del Estado. Al rifar el dinero muestra una cara de la “anti política” que demuestra una profunda insensibilidad social, tan idéntica a la de aquellos que critica por tener una conducta de “casta”.

Ni en sus prácticas ni en sus ideas hay nada nuevo… Sólo confirma que la excentricidad marida con la irresponsabilidad…

 

Fermin Borthele es licenciado en Ciencias Políticas y director de Instituto Dante Alghieri de Villa Carlos Paz.