El hombre acostumbraba a pasear con su Audi por la Costanera del lago San Roque. Desde su separación de la madre de Milagros, Rodolfo Bottone, el autor de uno de los hechos criminales más horribles de la historia cordobesa, se había radicado en Villa Carlos Paz.

Según lo que relató su hija Florencia a los medios de prensa, vivía del alquiler de chapas de taxis de los que era titular en la ciudad de Córdoba. También señaló que su madre tenía a su cargo propiedades que había heredado y que ese era el principal motor de la ira de Rodolfo Bottone, su ambición desmedida.

El miércoles pasado apareció en la casa de barrio Alta Córdoba y mató a su hija e hirió a su ex pareja con un arma de fuego.

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Por los bares de Carlos Paz

En Carlos Paz se había radicado en un barrio cercano a la costanera y acostumbraba a sentarse en los bares de la zona a tomar café y a pasar largos ratos enfrente al lago San Roque.

“Era muy respetuoso y nunca pensamos que iba a a hacer algo así”, relató una mujer que lo conoció y que prefirió no dar su nombre.

Otro testimonio señala que entre los pocos conocidos que tenía en Carlos Paz nadie se había enterado de lo que había hecho hasta que comenzaron a relacionar lo sucedido con Milagros Bottone y a ver la foto del hombre en los medios de Córdoba.

¿Brote psicótico?

Apurados por la premura de la redacción en tiempo real, algunos medios apuntaron al crimen de Milagros en manos de su propio padre como parte de un brote psicótico.

En realidad, los testimonios de los familiares de la chica de 23 años que fue asesinada por su propio padre hablan de un asedio permanente y de una persecución continua que no supo ser vista por los que tenían que hacerlo, los miembros de la Justicia de Córdoba que escucharon y tomaron nota de las denuncias de violencia que habían formulado suexpareja y las hijas del matrimonio.

Florencia, la hermana de Milagros, posteó una foto de las dos en la que sólo hace un pedido, el de más justicia.

Y ahora, que es caso cerrado porque el asesino está muerto, le queda a la Justicia determinar si hubo culpables por omisión o por no haber visto lo que se podía venir y haber hecho oídos sordos a la demanda de atención y al pedido de auxilio de mujeres vulnerables.

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