Hombre vertiente  es la propuesta de arte escénico experimental que ofrece Villa Carlos Paz en esta temporada 2019, de jueves a domingos a las 22 horas, en Mónaco Espace (Ac. San Martín 1887), con una entrada de $400.

Dirigido por el artista y empresario Pichón Baldinu (ex De La Guarda), este espectáculo de montaje aéreo inmersivo, con fusión de danza, teatro, acrobacias, efectos especiales y sonoros, brinda una experiencia sensorial a los espectadores, de 360 grados, quienes participan ubicándose por debajo y alrededor del centro escénico, desplazándose a medida que se suceden los diferentes momentos de la trama.

Aunque la dramaturgia sigue un hilo conductor y  presenta a un claro protagonista, el hombre vertiente interpretado por Boris Bakst, al sentido de la obra lo completa el público, ya que por el lenguaje abstracto y la libertad conceptual que proponen la danza, las acrobacias y la escasa presencia de la palabras -sólo algunas canciones y alocuciones verbales de los personajes-, los múltiples significados se disparan, y eso es uno de los puntos fuertes del show.

En la innovadora puesta, que narra el viaje interior de un hombre en busca de sí mismo, buceando sus universos mentales, participan 13 artistas quienes se destacan por sus actuaciones, ya que sobrellevan la complejidad técnica con total naturalidad, mostrando sus cualidades de expresión corporal  e interpretación dramática. La mayor parte del tiempo están en el aire, salen y entran de dispositivos, burbujas gigantes, e interactúan con precisión y destreza con el elemento vital que inspira el nombre del espectáculo: el agua.

Los cuadros visuales, atractivos estéticamente, -logrados en parte por las proyecciones en 3D en pantalla gigante, los objetos enormes que surgen sorpresivamente, el juego con el agua y las luces-, no tendrían la fuerza  lograda sin el diseño sonoro compuesto por música percutiva y electrónica. Todo se fusiona en una pieza de arte performativo que el público disfruta de principio a final, siempre y cuando se entregue de lleno a la vivencia.

Si hay algo para criticar de Hombre vertiente, tal vez sea aquello que tiene que ver con representaciones muy cercanas  a ciertos estereotipos  femeninos al momento de aparecer las mujeres en escena, como etéreas y hasta angelicales,  con las que el protagonista se encuentra en distintos momentos del relato.

Cuerpos como vehículos de ideas y de concepciones estéticas, una creación lúdica que invita a bucear en nuestras propias luces y sombras a través del goce estético. Recomendada para todas las edades a partir de los 13 años, si el deseo es vivir un momento artístico distinto.

La experiencia de los artistas

Por las características técnicas y artísticas de la obra, ayer, 7 de enero, día del estreno en Villa Carlos Paz de la obra, consultamos a Pichón Baldinu sobre lo que significó la puesta en escena de Hombre vertiente, desde el punto de vista de la producción.

“No había antecedentes de espectáculos así en esta ciudad, la mayor parte de los artistas son cordobeses. Hombre vertiente tiene una infraestructura técnica muy compleja, donde hay sistemas de vuelo combinados con sistemas hidráulicos. Con danza, teatro, música, una luz muy incidental y objetos escénicos y  escenarios. Todo eso hubo que administrarlo con una compañía nueva que nunca trabajó con esos elementos y esas condiciones, por lo que el trabajo fue muy interesante, muy rico”,  explicó Pichón y agregó: “Al mismo tiempo, los jóvenes artistas están sedientos de experiencias de esta naturaleza, Lo principal es que tengan una gran coordinación física, un conocimiento importante de danza, actoral y que les guste el aire. Los actores tienen que expresar su carga dramática desde ahí, desde un lugar visceral.”.

En relación a cómo se prepararon y cómo viven los intérpretes el espectáculo, Boris Bakst, protagonista, manifestó: “Fue un desafío construir los personajes, porque tuvimos que fusionar lo técnico y lo artístico. Los ensayos y el trabajo que hacemos trasciendenla obra, fue un trabajo muy minucioso y de mucho esfuerzo en poco tiempo para llegar al objetivo. Damos todo al cien por ciento en cada presentación”.

Por su parte, José Benítez, otro de los artistas, expresó: “La experiencia anterior que puede servirte para afrontar Hombre vertiente es la que se logra si sos acróbata o si entrenaste alguna vez en danza aérea. Pichón no sólo buscó acróbatas y bailarines, de hecho tenemos un campeón mundial de acrobacia, sino una carga actoral y un manejo del cuerpo y del tiempo musical, que no siempre se encuentran en este tipo de artistas. Por lo que tuvimos que practicar para formarnos mientras se preparaba el montaje de la obra. Fueron muchas horas de ensayo colgados en altura, con máxima seguridad, pero dando todo, aprendiendo y asumiendo el desafío”.