Tras la fuerte polémica que se dio en el Instituto Remedios de Escalada de San Martín que tuvo como centro a la figura del padre Mario Bernabey, párroco de Nuestra Señora del Carmen, el arzobispo Ángel Rossi decidió su traslado a la ciudad de Córdoba, algo que sucederá finalmente en los próximos días.

Miembros de la comunidad de la Parroquia del Carmen manifestaron su rechazo a la decisión del Arzobispado y plantearon su opinión sobre lo sucedido a la vez que respaldaron enfáticamente a la figura del sacerdote que estuvo durante 14 años como pastor de la Iglesia del Carmen, en el centro de la ciudad.

“Parte de la comunidad del Carmen Villa Carlos Paz no calla, porque el que calla
otorga”, señala el escrito en su inicio y detalla: ” Queremos manifestar que no estamos de acuerdo con el alejamiento del Padre Mario, no estamos de acuerdo con las presiones, calumnias e intrigas que rodearon a su alejamiento. Aceptamos la autoridad de la Iglesia, de la Diócesis y del obispo, pues toda autoridad deviene de Dios y es delegada por él”.

Y sigue: “Sentimos en el alejamiento del Padre Mario una injusticia muy grande, hacia su
persona y hacia la comunidad de Nuestra Señora del Carmen Villa Carlos paz.
La autoridad tiene dos formas fundamentales: el de ser delegada y el de ser
adquirida. Solamente es una autoridad real cuando ambas formas se hacen presentes”.

Por otro lado, plantea: ” Aceptamos con tristeza la decisión del Obispo, que no tuvo en cuenta el deseo de parte de la comunidad, actuando con tibieza en la defensa de nuestro cura párroco ante intereses políticos, administrativos, económicos que terminaron con el alejamiento del padre Mario no solo de la parroquia del Carmen sino también de la diócesis (lo cual pareció no importarle al punto de perder uno de sus párrocos más nobles)”.

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La carta completa

“Parte de la comunidad del Carmen Villa Carlos Paz no calla, porque el que calla
otorga.

Queremos manifestar que no estamos de acuerdo con el alejamiento del Padre Mario,
no estamos de acuerdo con las presiones, calumnias e intrigas que rodearon a su
alejamiento. Aceptamos la autoridad de la Iglesia, de la Diócesis y del obispo, pues toda
autoridad deviene de Dios y es delegada por él.

Pero sentimos en el alejamiento del Padre Mario una injusticia muy grande, hacia su
persona y hacia la comunidad de Nuestra Señora del Carmen Villa Carlos paz.

La autoridad tiene dos formas fundamentales: el de ser delegada y el de ser
adquirida. Solamente es una autoridad real cuando ambas formas se hacen presentes.

Aceptamos con tristeza la decisión del Obispo, que no tuvo en cuenta el deseo de parte
de la comunidad, actuando con tibieza en la defensa de nuestro cura párroco ante intereses
políticos, administrativos, económicos que terminaron con el alejamiento del padre Mario
no solo de la parroquia del Carmen sino también de la diócesis (lo cual pareció no
importarle al punto de perder uno de sus párrocos más nobles).

La profunda tristeza se ve aumentada cuando vemos con el desprecio, injusticia,
traición y manoseo al que el Padre Mario se vio sometido, luego que después de enormes
presiones que se vio obligado a pedir su traslado.

Vimos como innumerables judas lo fueron entregando con la connivencia de sectores
administrativos, medios de comunicación y también parte del clero. Así fue como la
parroquia de Lourdes, realizo una carta rechazando al padre Mario.

Es lícito que nosotros nos preguntemos en voz alta porque debemos aceptar a alguien
que no supo ser fraterno con su hermano.

Ahora se nos impone un párroco nuevo, uno al que se le ha delegado su autoridad.
Esperamos de corazón, que sepa ganarse la otra autoridad, la adquirida. Esa que da la
confianza, la fe y la admiración.

Deseamos que sea un pastor que, como el padre Mario, llegue a conocer a sus ovejas
por su nombre y no un simple asalariado.

Vivimos tiempos difíciles, necesitamos un capitán que nos lleve a tierra firme. Se
observan nubes cargadas, vientos fuertes y tempestades. Rogamos humildemente que tenga la firmeza, la maestría y la fuerza necesaria para conducirnos a buen puerto. Tiene por delante una empresa enorme, pues su antecesor dejo la vara muy alta.

Nuevamente con la más profunda tristeza aceptamos el alejamiento del Padre Mario y
con enorme esperanza rogamos a Dios por un párroco que como mínimo este a su altura”.