El padre Jorge “Chueco” Romero es un cura villero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se hizo conocido luego de que su foto se divulgara por los medios gráficos y digitales del país cuando fue reprimido en una marcha de apoyo a los jubilados en el Congreso nacional.

Este lunes, junto a otros curas villeros y a pastores evangélicos el sacerdote visitó a la expresidenta Cristina Fernández en su departamento para expresarle su apoyo tras la condena que dejó firme la Corte Suprema de Justicia la semana pasada. Este miércoles, un tribunal federal le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria.

“Le manifestamos nuestro apoyo a a Cristina porque se trató de un fallo injusto, una causa inventada y armada nada más que para sacarla del camino, para proscribirla”, remarcó el cura en diálogo con Carlos Paz Vivo.

“Hicimos una celebración ecuménica con la gente. Ella también quería que nos juntáramos para rezar y hubo pastores, pastoras, un hermano musulmán y también estaba la comunidad judía”, detalló el sacerdote que afirmó que se presentaron todos los curas que están en la Opción Preferencial por los Pobres, un movimiento que nuclea a sacerdotes de las villas y de los barrios populares

“La vimos bien, muy entera, muy fuerte. Compartimos distintas cosas, cómo había sido llegar hasta este momento. Ella ya se lo veía venir”; detalló y agregó: “Cristina se da cuenta de que todo esto por ahí sirvió para que estemos más unidos en el campo popular, nacional”, agregó.

“Es un momento histórico y hay que acompañar” 

El sacerdote Jorge “Chueco” Romero atiende una parroquia en Ciudad Oculta, una de las villas más grandes de Buenos Aires. Asegura que no tiene redes sociales ni ve canales de streaming, tan de moda en este tiempo. “No me afecta lo que digan, porque ya por hablar a cualquiera lo atacan”, dijo y añadió: “Hay que estar, hay que acompañar. Me parece que es un momento histórico y estamos vivos en este tiempo. Vamos a ser testigos de eso.”

Romero sostuvo que la Iglesia se tiene que unir en contra de “un mensaje de odio” que está enfrentado con el “mensaje de salvación de Jesús”.

“El mensaje de Jesús, cuando uno trata de buscarlo y seguir el Evangelio, va por un camino totalmente contrario al que está proponiendo el gobierno”; indicó.

– Desde otros sectores, incluso dentro de la Iglesia, se avala la condena a Cristina. ¿Qué les diría?

-Primero, antes de decir algo en cuanto a la condena de Cristina, creo que como Iglesia es un momento donde hay que unirse en contra de un mensaje de odio, en contra de un mensaje de salvación. El mensaje de Jesús, cuando uno trata de buscarlo y seguir el Evangelio, va por un camino totalmente contrario al que está proponiendo el gobierno. El desprecio, el odio, es todo lo contrario a lo que creemos, sentimos, buscamos vivir. Lo primero que diría para otros que por ahí no piensan igual es que volvamos al Evangelio. Descubramos que él nos invita a vivir de una manera totalmente distinta a la que propone esta gente.

– ¿Cómo interpreta la situación judicial de la expresidenta?

-Cristina tiene una causa armada con testigos falsos para hacerla desaparecer, porque venía con una propuesta en contra del poder. Puedo estar más o menos de acuerdo con algunas cosas, con algunas maneras, pero distinto es correrla del medio para seguir vendiendo la patria. No quieren que haya ningún referente del lado del pueblo. Miren un poco más y dense cuenta que atrás de esto sigue habiendo un gobierno que trabaja para otros, para los poderosos del mundo, que están vendiendo nuestros recursos y arruinando nuestra industria.

– ¿Cómo interpreta el fenómeno Milei en los sectores populares?

-Me parece que hay que hacerse cargo de los errores, sobre todo en los sectores populares. No supimos construir un proyecto nacional, popular. En Buenos Aires hace 20 años que gobiernan los mismos y desarmaron toda la organización popular. No tenemos comisiones vecinales. Hay una ley que está postergada hace 20 años que permitiría a los barrios elegir sus autoridades, y no se aplica. El gobierno se maneja con punteros. Eso desarma todo el tejido de organización popular. Ahora va cambiando de a poquito. Yo tengo vecinos que intuyo que votaron a Milei, pero ahora no dicen nada. Te ven con los jubilados y te dicen: “Bien, padre, ahí con los jubilados, porque estos están haciendo desastre”. Uno explica que en algún momento lo votaron, pero ya no encontrás a nadie que diga que lo votó.

– Usted también acompaña a los jubilados en sus reclamos. ¿Cómo surgió ese compromiso?

Foto: Rocio Bao.

-Ya había ido varias veces a marchas, también cuando fueron las hinchadas. Fuimos con Chicago, con la Virgen de Luján vestida con los colores de Chicago. En 2001 hicimos una promesa cuando ascendimos en Córdoba: llevar a la Virgen de Chicago. Ya habíamos estado con la Virgen antes. En una charla con otro cura dijimos: tenemos que estar todos, revestidos. Los miércoles no se daba, pero después nos organizamos. Con un par de curas más, que son de los villeros y de la opción preferencial por los pobres, decidimos ir. Yo si bien estoy en Ciudad Oculta hace muchos años, por ahí soy más de los curas villeros que estaban antes. Hoy, los que más están acompañando son los curas de la opción por los pobres, muchos de Quilmes, del conurbano y de otras partes del país. Ahí surgió todo: bajamos revestidos, con la estola. Nació una mesa ecuménica que se junta todos los miércoles a las 14:00. Hay pastores, pastoras, algún cabildo, curas. Rezamos juntos con los jubilados antes de que hagan su acto a las 15:00.

Sobre el Papa Francisco: Se puso la 10

– ¿Qué significó y significa el Papa Francisco para ustedes, los curas villeros?

-Francisco, cuando fue arzobispo, muchas veces no estuvimos de acuerdo con algunas cosas y le pedíamos más definición ante ciertos desalojos o con inmigrantes.
Hoy, como Papa, me parece que fue lo mejor que tuvimos hasta ahora. Terminó diciendo cosas y transmitiendo lo que le pedíamos que hiciera acá. Más vale que estuvo muy bueno, y que como Papa se puso la 10. No vino a Argentina porque sabía que lo iban a usar. Unos se lo iban a cargar como bandera, otros se iban a poner en contra. No quería generar más división. Desde que asumió como Papa y se fue a Lampedusa, acá mismo hubo gente que empezó a hablar mal de él simplemente por hablar a favor del pobre, del estudiante. El pasado de Bergoglio hace que solo por hablar ya le salten en contra desde ciertos sectores. Venir acá hubiera sido para generar más división.