El estreno de El Eternauta en Netflix no solo se transformó en un fenómeno cultural, sino que también provocó un fuerte movimiento social.
La serie protagonizada por Ricardo Darín impulsó una ola de consultas sin precedentes a la organización Abuelas de Plaza de Mayo. En apenas una semana, la cantidad de personas que se acercaron con sospechas sobre su identidad se multiplicó por seis.
La campaña que acompaña al estreno es clara: “¿Estás mirando El Eternauta? Si naciste entre noviembre de 1976 y enero de 1978 y tenés dudas sobre tu identidad o la de alguien más, contactate con Abuelas de Plaza de Mayo”. Esta convocatoria, replicada en redes sociales por H.I.J.O.S., superpone imágenes de la serie con retratos en blanco y negro de Héctor Germán Oesterheld —creador de la historieta original— y sus cuatro hijas, todos desaparecidos durante la última dictadura militar.
Desde Abuelas informaron que entre el 1° y el 7 de mayo de 2024 se habían registrado 18 consultas. Sin embargo, en el mismo período de este año, tras el estreno de la serie el 30 de abril, esa cifra trepó a 106 casos.
En total, 902 personas se acercaron en lo que va del año, y uno de cada diez lo hizo en la semana posterior al lanzamiento de la serie, dirigida por Bruno Stagnaro.
“El hecho de que El Eternauta vuelva al centro de la escena cultural activó muchos recuerdos, preguntas e intuiciones. Vemos con alegría que se reactivan los mecanismos que crearon las Abuelas: que quien duda se acerque, que quien sospecha lo diga”, expresó Manuel Gonçalves Granada, nieto restituido y secretario de la organización.
La tragedia de los Oesterheld —con Héctor Germán, sus cuatro hijas, y tres yernos desaparecidos— sigue siendo uno de los casos más conmovedores de la historia argentina. Elsa Sánchez de Oesterheld, esposa de Héctor y madre de las jóvenes, falleció en 2015 sin poder abrazar a los nietos que aún busca la organización.
Las Abuelas sospechan que dos bebés nacidos en cautiverio, hijos de Marina y Diana Oesterheld, podrían estar vivos sin conocer su verdadera identidad. A ellos se suman más de 300 casos activos, con la esperanza intacta de lograr nuevas restituciones.