La dirigente social jujeña Milagro Sala afronta desde este jueves un nuevo juicio oral y público ante un tribunal provincial, acusada por su presunta participación en la sustracción de un expediente judicial en 2009.

El Tribunal Criminal N°3 de Jujuy, integrado por María Margarita Nallar, Ana Carolina Pérez Rojas y Mario Puig, comenzará a juzgar a tres imputados: dos por la sustracción del documento y cohecho, y Sala como presunta “determinadora directa” de la sustracción.

Se trata de la desaparición del expediente judicial en el que tramitaba un episodio ocurrido en 2007 y conocido como “la balacera de Azopardo”, un enfrentamiento en el que resultó asesinado un joven.

En ese caso, finalmente hubo juicio oral y Sala estuvo acusada como “instigadora”, pero resultó absuelta en 2018 por el “beneficio de la duda”.

Lo que se comienza a juzgar ahora no es el homicidio (por el que hay un condenado a seis años de cárcel) sino la presunta determinación de Sala para que el ex empleado judicial Marcos Romero y el abogado Antonio Alberto Bellido sustrajeran el documento.

El fiscal general Sergio Orellana Sánchez indicó a Cadena 3 que el juicio se realizará de manera virtual por la condición de salud de Milagro Sala y que se realizó una junta medica para garantizar que esté en condiciones.

“La hipótesis del fiscal que pretende probar en el juicio es que ella habría enviado personas a realizar un tiroteo entre facciones, hecho que habría quedado asentado en un expediente que luego se eliminó”, explicó, sobre los detalles de la acusación.

La causa

En cuanto a la causa, en 2012 todos los imputados fueron sobreseídos, pero en 2017 –cuando Sala ya llevaba poco menos de dos años presa por otros casos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se había interesado ya por su situación- apareció un supuesto nuevo testigo, Alejandro “Pilo” Mancilla, quien había trabajado en el pasado en la agrupación Túpac Amaru.

Mancilla declaró que sabía que Sala había ordenado la sustracción y destrucción del expediente y con ese dato el fiscal Diego Cussel reabrió la investigación y la elevó a juicio.

La defensa de Sala sostiene que Mancilla es un testigo falso que en 2014 fue detenido e imputado, junto a otras personas, de secuestrar, torturar, vejar y abusar sexualmente mediante empalamiento a dos jóvenes y un menor durante 12 horas.

Según la defensa, Mancilla fue excarcelado justamente en 2017, tras dos años en prisión preventiva, y en ese contexto formuló las acusaciones contra Sala en este y en otros dos expedientes judiciales que aún no llegaron a juicio.

Fuente: Cadena 3.