Los tres partidos que debían disputarse ayer miércoles en la “burbuja” de Orlando, donde ya comenzaron los playoffs de la liga más fantástica del mundo, se suspendieron por propia decisión de todos los jugadores involucrados.

Jacob Blake, el joven afroamericano que recibió varios disparos por la espalda de parte de un policia, fue la gota que rebalsó -una vez más- el vaso que contiene la paciencia de los jugadores de la NBA.

Como motivo de protesta ante otro hecho aberrante (que tuvo la ‘suerte’ de ser filmado y difundido) y que resultó con Blake peleando por su vida con parálisis total en su parte inferior, Milwaukee Buks decidió no presentarse al partido ante Orlando. Los locales, también siguieron sus pasos.

En consecuencia, ni Oklahoma-Houston y Lakers-Portland jugaron el segundo y tercer partido de la noche. Hoy están programados los juegos de Utah-Denver, Toronto-Boston y Clippers-Dallas, los cuales seguramente no se disputarán para continuar con la visibilización del racismo aún reinante en Estados Unidos (y el resto del mundo).

También se conoció a primera hora de hoy que ambos equipos angelinos, Lakers y Clippers, desean retirarse de la competencia y que se de por terminada la temporada, entendiendo que su reclamo es más importante que un par de juegos de basquet.