Autocine en Argentina.

El formato del autocine  nació en 1933 en Estados Unidos y  su apogeo se dio tras la segunda guerra mundial.  En  los años 50, el autocine les permitía a los padres del Baby boom,  cuidar a sus hijos mientras  veían la película desde el auto.

Los autocines se montaban en locaciones  fijas, con sonido que ingresaba al auto por medio de un parlante y una pantalla estructural gigante.

El declive se dio en los 70’ y 80’ por el alto costo de las locaciones, la aparición de la TV a color, los reproductores de video y otros factores que solo llevaron al cierre de la gran mayoría de autocines en todo el mundo .

En estos días de cuarentena obligatoria por coronavirus,  el mundo experimenta un resurgimiento mundial del formato autocine , que permite disfrutar del séptimo arte desde la comodidad y privacidad del vehículo, respetando las indicaciones de distanciamiento social.

Nuevos formatos

Pero además, este mismo formato permite la exploración de otros formatos como radioteatro, el autoteatro, stand up, recital, fiestas electrónicas , con toda la infraestructura del autocine.

En Argentina, se destaca una empresa que vio crecer la demanda de su servicio de autocine en el país, de manera exponencial.  Se trata de Cinergia,  con 10 años de trayectoria en el mercado, que se  especializa en la realización de eventos de autocine y cine bajo las estrellas con pantallas inflables.

Según explicó Gastón Sztutwojner, responsable de Cinergia,  en conversación con Carlos Paz Vivo!, la empresa puede montar autocines con pantallas inflables en cualquier punto del país, en tan solo 3 horas.

“La pantalla mide 16m x 10m totales permitiendo una perfecta visión de 350 autos, el audio de la película se emite por una FM y se sintoniza en cada auto, pudiendo ajustar el volumen y ecualización a gusto”, informó.

Y agregó: “Para la proyección usamos una nueva tecnología de proyectores que en vez de usar lámpara tradicional tienen un  Led + Láser que le permite mayor potencia y mejor colorimetría”.

Cinergia fue fundada por Gastón Sztutwojner  y su amigo cuando tenían 22 años. Compraron una pantalla inflable y un proyector de Alemania, para montar un autocine. “Fue un emprendimiento difícil de sostener a lo largo del tiempo,  pero logramos entender su lógica”, comentó el emprendedor.

Autoteatro en tiempos de pandemia

“El autocine permite disfrutar en privacidad y en familia, -o con quienes hiciste cuarentena-, un evento artístico para muchos y en vivo, estando en el lugar donde se produce. Los protocolos de prevención del coronavirus se cumplen fácilmente por las características del formato”, manifestó Gastón.

Además, aclaró: “Una vez que está montado el formato autocine, -pantalla muy grande y la gente en los autos escuchando el audio de la peli y las pantallas inflables-, se puede interactuar con otros formatos. Estamos avanzando ya con el autoteatro en el conurbano bonaerense, zona norte, con artistas de stand up y gente muy importante del medio, para tener días de autocine y otros de autoteatro”.

Luego, detalló: “El autoteatro funciona así: delante de la pantalla actúan los artistas, se produce la obra de teatro, lo cual se filma a dos o tres cámaras. El audio sale en vivo por FM y la gente podrá ver la obra en la pantalla gigante. Los autos de las primeras cuatro filas podrán ver a los actores directamente desde el escenario. Los que estén más al fondo, los verán a través de las pantallas, pero funciona exactamente como un recital”.

El empresario aseguró que otros formatos como los recitales, fiestas electrónicas, etc, también se están empezando a explorar en otras partes del mundo.

Demanda y concreción

“Actualmente la demanda del autocine creció exponencialmente. Hay muchísimas consultas desde diferentes lugares, pero resulta difícil confirmar eventos por las normas estrictas que impone la cuarentena. También es cierto que hay empresas que están muy golpeadas económicamente, y si bien nosotros ofrecemos una solución efectiva, se requiere siempre de una inversión”, comentó Gastón.

Por otro lado, contó  que muchos de sus colegas que forman parte de CAPTE (Cámara argentina de proveedores de técnica para eventos), están paralizados porque no pudieron reorganizar todavía cómo llevar a cabo su negocio en esta pandemia, algunos lo realizan hace de más de 30 años o hasta 40.

“Tener que reinventarse para este rubro y para los productores de espectáculos de distinto tipo, es todo un desafío y es necesario tener los recursos para la inversión. En este contexto son muy pocos los que se animan a invertir”, admitió el empresario y afirmó: “Nuestro concepto de servicio al ser itinerante es mucho más económico, trasportable y rápido de armar, esa es la ventaja”.