Lucas Giménez tiene 24 años y emprendió una aventura a dedo con Sol, su pareja. Salieron desde Rivadavia, cruzaron a Chile, y luego llegaron hasta el norte del país vecino. Antes de volver a la Argentina, el joven encontró y adoptó a dos perros de la calle, a los que llamó Pilsen y Serena.

“En Abra Pampa, Jujuy, les robaron todo. Lucas y su novia se quedaron sin dinero, sin celular, sin ropa, sin nada. Sólo con los perros”, contó Agustina, la hermana menor de Lucas. “Cuando lograron comunicarse con nosotros, el papá de ella viajó a buscarlos en colectivo a Jujuy. Pero ahí hubo un problema”, recordó.

Y era que ninguna empresa de colectivos de larga distancia aceptaba a los perros que Lucas había adoptado. “Lucas les dijo a su novia y su papá: ‘Sin ellos no viajo. Vayan ustedes. Yo me voy a demorar más, pero vuelvo con los perros’”, agregó Agustina.

Solo con Pilsen y Serena, Lucas comenzó la caminata por las rutas argentinas. El sábado, dos hermanas tucumanas volvían a la capital de su provincia desde la localidad de Trancas, donde habían asistido a un congreso de educación, cuando vieron a Lucas con los perros por la avenida Circunvalación.

“Le ofrecimos llevarlo en el auto porque nos contó que ya estaba ampollado y los perritos estaban cansados. Les dimos agua, galletas, ayuda económica, algo para él. Así pensaba viajar hasta Mendoza. Los perritos son súper educados, se sentaron sobre la alfombra de manera ordenada, tranquila, no ladraban, hermosos”, manifestó una de las chicas tucumanas que transportó al aventurero mendocino.

Su travesía se viralizó tanto en las provincias del norte argentino, que una pareja tucumana, Natalia y José, se ofreció a llevarlo hasta Rivadavia.

Y así fue que Lucas, junto a Pilsen y Serena, llegó a su casa y se reunió con su familia, después de miles de kilómetros recorridos.

Fuente: Diario UNO