La esperanza de encontrar más sobrevivientes se desvanecía hoy en las zonas afectadas por el terremoto en Turquía y Siria, uno de los más mortíferos en décadas en la región, con más de 20 mil muertos y decenas de miles de heridos; mientras una brigada de 32 socorristas argentinos se preparaba esta noche para viajar a la zona de desastre con equipamiento para la búsqueda y rescate de personas.

Los socorristas continúan la búsqueda de miles de personas que se sospechan atrapadas entre los escombros, pero el optimismo decrece ante las bajas temperaturas invernales y la superación del plazo de 72 horas que se considera crucial para salvar vidas.

Sin embargo, aún a pesar de este cierto pesimismo, el especialista italiano en catástrofes Mario Balzanelli dijo a la agencia ANSA que es “posible resistir y sobrevivir bajo los escombros durante 8 y 10 días”.

El presidente de la Sociedad Italiana Sistema 118 (SIS 118), explicó que deben darse cuatro condiciones después de que varias personas en Turquía fueran rescatadas con vida debajo de las ruinas provocadas por el sismo hasta cuatro días después del terremoto que asolara a ese país y a Siria.

Y explicó que tiene que concurrir la posibilidad de que existan espacios de aire; que se mantenga la permeabilidad de las vías respiratorias, es decir que no haya escombros ni en la nariz ni en la boca que constituyan un obstáculo para la respiración; no deben existir lesiones importantes que afecten al cerebro u otros órganos vitales y no deben producirse hemorragias internas.

Lo cierto es que la cantidad de muertos no deja de crecer y en los últimos balances oficiales difundidos en la tarde de Argentina, por la agencia AFP, indica que las últimas cifras se sitúan en 20.451, de ellos 17.134 en Turquía y 3.317 en Siria.

A ello hay que sumar las pérdidas económicas, que según la agencia de calificación Fitch probablemente supere “los 2.000 millones de dólares” y “podrían alcanzar los 4.000 millones de dólares o más”.