Stefanía (segunda de izquierda a derecha), acompañando a mamás y sus hijos.

Stefanía Angelelli, es madre, doula y consultora holística de Villa Carlos Paz.  Cuenta que la maternidad fue para ella un punto de quiebre. Pudo comprobar que ser madre forma parte de un proceso maravilloso pero al mismo tiempo muy complejo, que lleva a descubrir cuestiones personales que incluso podían ser desconocidas hasta el momento de ser mamá.

“La maternidad no es color de rosa y algo automático que surge por solo ser mujer y haber dado vida”, afirma la doula. Lejos de la visión edulcorada de las madres posando felices con sus hijos en cualquier foto publicitaria, Stefanía asegura que las mujeres que se convierten en madres, no hablan lo suficiente de lo que implica tan importante rol.

“Se habla de lo positivo de ser madres, pero no de las dificultades reales. Hablar de lo que nos cuesta, compartiendo con otras, hace que podamos vencer los problemas, miedos y salir adelante”, sostuvo Stefanía en conversación con Carlos Paz Vivo!

Por ese motivo, hoy se dedica como doula, a ayudar a otras mujeres que están atravesando el proceso que implica ser madres, desde el embarazo.

Ser doula

¿Pero, qué es una doula? “Las doulas somos mujeres que acompañamos a otras mujeres durante la gestación, el parto y el puerperio o posparto. Brindamos un soporte emocional, un acompañamiento afectivo. Ponemos palabras a la nueva realidad de la mujeres y sus sensaciones internas que aparecen a partir de las nuevas experiencias”.

Si bien a esto se lo conocía como un oficio en la antigüedad, sobre todo en relación a las mujeres que sabían todo del parto, que siempre asistían los nacimientos de los niños cuando no existían centros de salud y profesionales o especialistas a los que acudir, hoy adquiere un significado especial.

“El mayor aporte que podemos hacer como doulas es ayudar a cada mujer a conocer sus opciones, a informarse sobre los temas que le interesen y a responder en la medida de lo posible las dudas que surjan en el proceso”, destacó Stefanía.

Y continuó: “La idea es que cada mujer encuentre su propia fuerza y poder. No damos todas las soluciones ni tenemos todas las respuestas, pero brindamos una contención muy importante. Hoy sabemos por estadística, que el acompañamiento de una doula en el parto, reduce en un 50% las cesáreas”.

Contención y seguimiento

Las doulas pueden acompañar de manera grupal o individual, incluso se puede hacer el seguimiento junto a toda la familia. “Que las mujeres compartan cómo maternar es muy enriquecedor para todos, aparecen caminos y soluciones para distintas situaciones. Si bien no hay una fórmula única para acompañar, sí es clave que cada una pueda sentirse “maternada” para maternar. Tener esa guía y contención que es lo que hemos perdido en esta sociedad donde todos estamos tan ocupados en tantas cosas, que olvidamos las cosas esenciales que nos hacen bien. Ese es el rol de la doula”, manifestó Stefanía.

Cabe destacar que una doula puede acompañar partos tanto en sanatorios, clínicas u hospitales, como los que deciden hacerse en los hogares. Lo importante es la mujer tenga un parto respetado como un derecho que no puede vulnerarse.

Falta de información

“Las mujeres por lo general llegamos muy ignorantes a nuestro embarazo y parto. Nos faltan referencias, no nos acercamos a preguntar a otras mujeres cómo hacen o hicieron, qué ayuda necesitan, y en realidad parece que tampoco tuviéramos tiempo para colaborar”, expresó la doula.

Otro de los aspectos que destacó es la noción de “mujer perfecta” que impone la sociedad. “Parece que tenemos que hacer todo bien, que no necesitamos ayuda. Que tenemos que ser buenas madres, esposas, profesionales, etc. Pero eso no es así, son imposiciones de un ideal. Por eso tenemos que informarnos y entender que somos seres humanos que necesitamos de varias personas de nuestro alrededor para hacer nuestra tarea. No podemos estar solas en esto”, sostuvo Stefanía.

Sororidad

En relación a la palabra sororidad, tan mencionada en la actualidad, sobre todo desde la ideología feminista, la doula opinó: “Creo que para poder aplicar la sororidad entre mujeres, primero tenemos que aprender a ponernos en nuestros propios zapatos, conocer en qué somos fuertes, abrazar nuestras heridas y enfrentar lo que no nos gusta de nosotros, pero después sí, salir al encuentro con otra mujer, y encontrarnos no desde el miedo y la rivalidad, sino desde el respeto y la diversidad”.

Stefanía realiza su actividad como doula de manera individual y a través de un centro de maternidad de crianza de la ciudad. “Hoy somos muchas las doulas que están disponibles para ayudar a otras mujeres en San Antonio, Icho Cruz, Las Jarillas, Mayu Sumaj, y alrededores”, concluyó, e invitó a todas a experimentar la posibilidad de conectarse con otras aunque no sean doulas, para compartir la experiencia de ser madres en tiempos difíciles, “donde necesitamos de la contención y el cuidado de otros, más que nunca”.