El mercenario ruso se sublevó hoy a los mandos militares leales al Kremlin y ocupó la ciudad fronteriza de Rostov, desde donde siguió su marcha hacia Moscú, confirmaron autoridades de localidades próximas, como Lipetsk, localizada a menos de 400 kilómetros al sur de la capital rusa.

Entre el anuncio de sublevación de Prigozhin, que originó una advertencia del presidente Vladimir Putin y expectativas positivas en Ucrania, hasta el arribo de las tropas irregulares a las cercanías de Moscú pasaron solo algunas horas.

Las autoridades moscovitas y de otras ciudades debieron ordenar de emergencia que se restringiera el movimiento de civiles en las calles, y en el caso de la capital se adelantó que el lunes será declarado feriado y se puso en funciones un “régimen antiterrorista” para mejorar la seguridad.

Varios efectivos del paramilitar Grupo Wagner “están desplazándose en el territorio de la región de Lipetsk”, indicó en la red de mensajería Telegram el gobernador regional, Igor Artamonov.

“Las agencias de mantenimiento del orden y las autoridades […] toman todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población. La situación está bajo control”, afirmó el gobernador, citado por la agencia de noticias AFP.

También se dio orden de cerrar las actividades comerciales en toda la ciudad, donde se reforzó la seguridad militar.

El reporte se conoce horas más tarde de que el líder del grupo paramilitar, Yevgueni Prigozhin, anunciara que había entrado en Rostov, territorio ruso, para sublevarse ante los mandos militares leales al Kremlin.

La sublevación anunciada por Prigozhin originó una fuerte advertencia del presidente ruso, Vladimir Putin, quien prometió un castigo ejemplar para el exaliado del Ejército regular en el frente de batalla en Ucrania.

En un mensaje al país, Putin condenó la actitud del grupo rebelde, cuya acción contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de “guerra civil” para el país en pleno conflicto con Ucrania.

A su vez, el jefe de la milicia Wagner, clave en la ofensiva en Ucrania, afirmó que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso, y que él y sus 25.000 hombres están “listos para morir” en su cometido.

“Todos nosotros estamos listos para morir. Todos los 25.000 y luego otros 25.000”, recalcó Prigozhin por Telegram. “Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aprovechó de inmediato para calificar el enfrentamiento entre Putin y Prigozhin como una muestra de la “debilidad” de Rusia, sumida en “el mal y el caos”.

“La debilidad de Rusia es evidente. Una debilidad total”, señaló Zelenski en un mensaje en redes sociales en el que estimó que “Ucrania es capaz de proteger a Europa de una contaminación del mal y el caos ruso”.

Con la misma prisa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anunció pasado el mediodía en Moscú que Putin se encontraba en su despacho trabajando.

“El presidente trabaja en el Kremlin”, dijo Peskov, citado por la agencia estatal Ria Novosti, que le había preguntado acerca de rumores divulgados en redes sociales que afirmaban que había abandonado la capital rusa a causa del motín.

Además, Putin recibió este sábado el “pleno apoyo” de su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una conversación telefónica en la que ambos líderes hablaron sobre la situación.

Durante su llamada con Erdogan, que en 2016 fue objeto de una intentona golpista, Putin “dio informaciones sobre la situación en el país en relación con una tentativa de rebelión armada”, indicó el Kremlin en un comunicado, citó la agencia de noticias AFP.

El presidente turco “expresó su pleno apoyo a las medidas tomadas” por Putin y se ofreció para buscar una solución pacífica al conflicto, agregó el texto oficial.

En otro orden, el hombre fuerte de Chechenia, Ramzan Kadirov, anunció este sábado que envió a sus hombres a “zonas de tensión” en Rusia, en referencia a la sublegación de Wagner.

“Combatientes del Ministerio de Defensa y de la Guardia Nacional chechena ya se desplazaron a las zonas de tensión”, dijo en Telegram Kadirov, estrecho aliado de Putin. “La rebelión debe ser sofocada (…) ¡estamos listos!”, agregó.

La nueva situación planteada por la acción rebelde originó consultas hoy entre los ministros de Relaciones Exteriores del G7, anunció el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, sin revelar en principio el contenido de las conversaciones.

Desde Kiev también surgió una reacción de la viceministra de Defensa, Ganna Maliar, quien consideró que la lucha interna de las fuerzas rusas representan “una ventana de oportunidad” para Ucrania.

“Luchan contra nosotros pero se autodestruyen”, dijo Maliar en Telegram. “¿Qué significa eso para nosotros? Una ventana de oportunidad”, añadió, asegurando que Ucrania continúa su trabajo por la “victoria”.

Más temprano, Putin dio un mensaje al país para fustigar la actitud del grupo rebelde, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de “guerra civil” para el país en pleno conflicto con Ucrania.

Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el mandatario ruso se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, a Prigozhin: “Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo”, declaró durante un discurso dirigido a la nación.

“A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales” de Prigozhin, agregó.

Previamente, el jefe de Wagner había anunciado la toma del cuartel general del ejército ruso en Rostov, centro neurálgico de las operaciones en Ucrania, y aseguró que controla varias instalaciones militares.

El jefe paramilitar juró en un video divulgado en Telegram “llegar hasta el final” en su campaña contra el mando militar ruso.

En respuesta a la rebelión, la fiscalía general rusa anunció la apertura de una investigación por “motín armado” contra el grupo paramilitar.

En varios mensajes de audio transmitidos el jueves, el jefe de Wagner había afirmado que unos bombardeos rusos causaron un “gran número de víctimas” entre sus filas y rechazó que busque un “golpe de Estado” tras exhortar a la sublevación contra el Estado mayor ruso y aclaró que se refería a una “marcha por la justicia”.

Las fuerzas de seguridad rusas, el FSB, llamaron a los combatientes de Wagner a detener a su jefe, mientras que un influyente general ruso, Serguei Surovikin, instó a los milicianos de Wagner a renunciar a su revuelta, indicó la agencia de noticias DPA.

El patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa de Rusia y aliado de Putin, llamó hoy a la “unidad” ante los “intentos de sembrar la discordia”, en plena rebelión armada del grupo paramilitar Wagner.