Mediante una carta dirigida a la Agencia Córdoba Cultura, desde la Fundación Ledda y el Museo Numba Charava, mostraron su preocupación por una serie de excavaciones que se están produciendo en una zona arqueológica “invaluable” en el ejido de Bialet Massé.
En la misiva, firmada por el presidente de la fundación e investigador independiente del CONICET, Sebastián Pastor, y apoyada por una veintena de ONG y agrupaciones, señalan la preocupación por la situación: “… transmitir la preocupación por la situación que atraviesa un sitio arqueológico prehispánico del valle de Punilla”.
El sitio se ubica en la zona conocida como Mirador del Lago, ejido de Bialet Massé, en las coordenadas geográficas -31.33001 S. y -64.49989.
“El mismo fue expuesto hace pocos meses, cuando una pala mecánica abrió una
calle y afloraron restos de artefactos líticos. En la mayoría de los casos se trata de
instrumentos de cuarzo de buena factura, calidad de la materia prima y módulos
medianos-grandes, con densidades de hallazgos medias-altas según los sectores.
Corresponde a un asentamiento del Holoceno medio y/o del Holoceno tardío inicial (ca.
7500 a 2000 años AP), de características poco frecuentes y por ello, con un elevado valor
científico y patrimonial”, expresa la nota.
Según señalan, el sitio fue presentado por la fundación a la Dirección de Patrimonio de la Agencia, con una descripción básica y datos de georreferenciación, con el objetivo de garantizar su protección en un contexto de acelerada urbanización e impacto sobre el suelo y el subsuelo.
“En esta oportunidad se expresa la preocupación transmitida por organizaciones
de vecinos e integrantes de la Comunidad Originaria Ticas, por trabajos con pala mecánica con el propósito de realizar futuras edificaciones, en el interior de
un lote que conserva la parte preservada del depósito arqueológico”, continúa el comunicado.
Así, la nota termina solicitando a la misma Dirección de Patrimonio que impida la pérdida del material arqueológico: “este bien público perteneciente al legado de pueblos ancestrales, para su aprovechamiento científico, educativo y cultural por los vecinos y comunidades de la zona”, culmina.
