Ya sea porque emplean una tecnología nueva o bien porque utilizan dos vectores virales diferentes para cada dosis, las tres vacunas contra el coronavirus que anunciaron resultados de eficacia son innovadoras, destacó el investigador Emilio Malchiodi.
Pfizer, Moderna y Sputnik V, las tres vacunas candidatas contra el coronavirus que anunciaron resultados de eficacia (90 por ciento y más) con datos preliminares de sus ensayos clínicos de fase 3, son innovadoras ya sea porque utilizan una nueva tecnología (ARN mensajero) o bien porque utilizan dos vectores virales diferentes para cada dosis, describe el investigador y docente Emilio Malchiodi.
“De las once vacunas que se encuentran en fase 3 podemos distinguir las que utilizan tecnología más tradicional, como tres de las desarrolladas en China que usan virus inactivados; las que usan adenovirus (como vector viral) donde ‘insertan’ el gen de la proteína espiga del coronavirus, y las que usan ARN mensajero que son las más innovadoras”, describió a Télam Malchiodi, Profesor Titular de la Cátedra de Inmunología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA y Director del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (UBA-Conicet).
Malchiodi, investigador Superior de Conicet, detalló que la Sputnik V, desarrollada por el Instituto Gamaleya de Rusia, es una de las que utiliza adenovirus: “Los adenovirus, entre otros incluyendo coronavirus menos agresivos, son virus que provocan resfriados comunes en los seres humanos y se estima que todos tenemos uno o dos resfríos por año”, describió.
Lo que hace este desarrollo es modificar al adenovirus para que ingrese a las células humanas, pero no tenga capacidad de replicarse y además le “incorporan” el gen de la proteína espiga del coronavirus; al ingresar la vacuna al organismo se produce la proteína espiga, es detectada por el sistema inmunológico y se genera la respuesta protectora.
El investigador, miembro de la Sociedad Argentina de Inmunología, explicó que “tres de las once candidatas (Cansino, Janssen y Sputnik V) utilizan adenovirus humanos (el adenovirus 5 o 26) mientras que otra (AstraZeneca) usa un adenovirus de chimpancé”.
En el caso de la desarrollada por el Gamaleya, lo que decidieron es utilizar dos adenovirus (el 5 y el 26) -uno en cada dosis- con el objetivo de que la respuesta inmune sea más fuerte.
La tecnología de usar adenovirus como vectores virales está siendo utilizada en una vacuna contra el Ébola.
Una tecnología novedosa
En el caso de Pfizer y Moderna, Malchiodi explicó que “se trata de una tecnología absolutamente novedosa para vacunas que lo que hace es utilizar nanopartículas para transportar el material genico del virus contra el cual se quiere inmunizar”.
“La membrana que rodea nuestras células es una bicapa lipídica (de lípidos); las vacunas con RNA mensajero lo que hacen es crear nanopartículas con una bicapa lipídica y dentro de éstas se incorpora el material genico, en este caso de la proteína espiga”; describió el investigador.
Y continuó: “Al ingresar al organismo esas nanopartículas se van a fusionar con las membranas de las células (porque ambas son bicapas lipídicas) y se va a ‘liberar’ dentro de la célula el material que codifica para la proteína espiga; el organismo comienza a producir la proteína y el sistema inmunológico reacciona, igual que hace cuando ingresa transportada por un adenovirus”.
El especialista señaló que “si demuestran que funcionan, las vacunas basadas en ARN mensajero va a ser una tecnología muy usada de aquí en más porque permiten adaptar con facilidad la vacuna ante, por ejemplo, una mutación fuerte del virus”.
Consultado sobre la “seguridad”, el especialista señaló que “todas las empresas pueden garantizar que las vacunas son seguras por el tiempo que se las ha aplicado, no se puede decir más sobre la seguridad a largo plazo porque tiene que ver con la interrelación entre la molécula y el organismo, y eso sólo se puede comprobar con el tiempo; hasta el momento ninguna de las que están publicadas provocó efectos adversos graves”.
En relación al temor sobre que las vacunas contienen ARN del virus, Malchiodi explicó que “una persona desde que nace recibe virus, bacterias y parásitos en cantidades; todos estos patógenos están vivos e ingresan con su carga génica pero este material no se incorpora en el ADN humano, entonces no sería esperable que el ARN viral de las vacunas lo haga”.
Y continuó: “Los seres tan desarrollados como nosotros desde el punto de vista evolutivo tienen mecanismos como para combatir eficientemente la incorporación de ácidos nucléicos extraños, sino ya no seríamos humanos”.
Finalmente, en referencia a las vacunas que usan virus inactivados, el especialista describió que “lo que hacen es cultivar el virus en laboratorios, después ‘matarlo’ pero que conserve la estructura y los antígenos y esto es lo que se utiliza para inmunizar”.
Una de esas vacunas es la de Sinopharma que se está probando en fase 3 en Argentina en la Fundación Huésped.