Por Fernando Agüero. Carlos Paz votará a un nuevo defensor del Pueblo el próximo 22 de agosto y la apatía electoral es tan notable que cuando se le pregunta a los vecinos sobre los comicios que se vienen casi siempre se hace alusión a las PASO que se celebrarán este año, en el mes de setiembre.

La anomia no es solo de los votantes: también se refleja en la escasa actividad de campaña de los cuatro candidatos, algunos de los cuales no se han pronunciado sobre la elección. La situación se traslada a la esfera pública municipal, donde el tema pasa inadvertido en la agenda política.

Un posteo de la Defensoría del Pueblo se pudo ver en los últimos días invitando a los ciudadanos a votar y el trabajo de la Junta Electoral para reclutar autoridades de mesa se hace difícil en días en que el tema no ocupa lugar entre los puntos centrales del a vida democrática de la ciudad.

El Concejo de Representantes decidió postergar la elección, que había sido convocada para el 27 de junio, a partir de los numerosos contagios de Covid que comenzaron a observarse en las estadísticas diarias del área de Salud del municipio. La fecha del 22 de agosto, propuesta por la concejala de CAPAZ, Natalia Lenci, no convenció al resto de la oposición y se aprobó con los votos del oficialismo al que se le sumó el de la autora de la iniciativa.

Así y todo, la proximidad de la fecha tampoco provocó un movimiento de campaña que se observe en la ciudad. Sabido es que las restricciones por la pandemia impiden que la política salga a la calle con toda la fuerza que se apreciaría en tiempos de normalidad. Pero ni siquiera en las plantillas digitales, redes sociales y medios de prensa locales se refleja alguna línea de propuestas, plataformas o ideas para llevar adelante en la Defensoría.

Desde su puesta en marcha, la institución no ha despertado un interés comunitario o social que empuje a los ciudadanos a prestarle atención. Menos cuando se conoce el presupuesto que maneja y lo que cuesta la elección (unos 8 millones de pesos).

La idea de los convencionales que dictaron la Carta Orgánica sancionada en 2007 fue la de proveer a la ciudad de un organismo que oficie de nexo entre la gente y el poder político, en defensa, justamente, de los intereses de la ciudadanía.

Carlos Paz es la única ciudad de la Argentina en la que el Ombudsman se elige por el voto ciudadano. En el resto de los pueblos que cuentan con esta figura, incluso en el caso del Defensor del Pueblo de Córdoba, el cargo se designa a través del acuerdo parlamentario y es la primera minoría la que propone los nombres.

En oportunidades anteriores, cada vez que se acerca la fecha de la elección se ha puesto en discusión esa decisión de los convencionales. Y hay quienes piensas que es hora de proponer alguna reforma.

Mientras tanto, la Carta Magna de la ciudad dispone que haya elecciones y es deber de los poderes del estado y de los partidos políticos hacer conocer propuestas, difundir de qué se trata lo que votará la ciudadanía y contribuir a que el sistema democrático tenga sustento y credibilidad.