En los últimos días el invierno se hizo sentir con temperaturas bajas y ventiscas heladas durante la mañana. Esto se presenta como un gran desafío laboral para quienes trabajan en la intemperie.

El sacrificio cuesta muchas veces riesgos para la salud, pero a pesar de las consecuencias que se puedan acarrear, jóvenes y adultos salen a la calle a poner su esfuerzo para salir adelante.

Federico es un “naranjita” o permisionario de estacionamiento controlado.  “Es costumbre trabajar en épocas así, te tenes que abrigar. Siempre es necesario tener guantes y abrigos”, asegura y añade: “Arranco a las 9 de la mañana, y trabajo 4 horas. Solo si llegará a llover, puedo cruzarme en frente y controlarlo bajo techo”

Gustavo Argüello es playero en una estación de servicio. 

“Cuesta mucho levantarse y arrancar. Yo lo hago a las 6 de la mañana y trabajo 8 horas por día. Cuando más frio se pone, es cuando empieza a aparecer el sol”, dice y advierte: “La empresa nos brinda todo el abrigo para estas épocas del año”.

“Cuando no ingresan autos pareciera que cuesta más, porque tenes que estar esperando. Es muy sacrificado. A pesar del frío podemos entrar en momentos que no haya gente a tomar un café adentro de la estación”.

Nahuel Loyola es malabarista y asegura que elige muy bien el horario para trabajar. 

“A veces trabajo de día, a veces trabajo de noche, pero en general me gusta más de noche porque juego un poco con fuego”, asegura.

“Estoy trabajando hace más de dos o tres años, siempre en el calle, no solo acá en Carlos Paz, sino también que he trabajado en todo Sudamérica haciendo malabares”.

Nahuel dice que el invierno es más difícil para quienes trabajan en la calle. “Pasar las noches en el invierno es muy difícil, porque aparte de eso, acá en la ciudad hay una ley que no deja trabajar a los artistas callejeros y cada rato pasa Seguridad Urbana y te llevan tu material de trabajo, no te dejan trabajar tranquilo, y la verdad es que esta es mi única forma de juntar dinero”.