Como todos los días, a las 5 de la mañana Walter Piersanti rotó las llaves y encendió el motor de la unidad 58 de Taxi VIP; ese motor que no sólo le da la posibilidad de llevar “el mango” a la casa, sino también el que lo impulsa a seguir haciendo lo que le gusta: manejar y tratar con la gente.

Pero hoy no es un día más, porque este lunes, y como cada 7 de mayo, se conmemora en Argentina el Día del Taxista. La fecha impuesta como recordatorio al día en que se firmó el primer convenio colectivo de trabajo que regula la actividad, con la presencia de Eva Duarte de Perón en el día de su cumpleaños.

“Es un trabajo como cualquier otro, que tiene sus altos y bajos”, contó Walter sobre su labor. Aunque reconoció que es una tarea muy entretenida, porque detrás de cada pasajero hay una historia que basta con el escaso tiempo que dure el viaje para aprender  algo nuevo y conocer las diversas realidades que se plantean en el asiento trasero del coche; muchas veces devenido en una especie de diván.

“En el taxi tenés muchas anécdotas. Te toca llevar gente que está muy bien y otra que está muy mal. Te toca ser una especie de psicólogo. Esto es parte del trabajo y lo hago con mucho gusto, porque si uno le puede dar una mano y ayudar a la gente es muy satisfactorio para uno también”, expresó; a la vez que habló de su rutina, la ciudad, los turistas, entre otros temas propios de su trabajo.

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