La semana pasada, personal de Policía Ambiental del Ministerio de Coordinación, alertados por un guardaparque, rescató un cóndor andino que no podía volar sobre la Ruta Nacional N° 148. El ejemplar fue trasladado inmediatamente a la reserva Tatú Carreta, de Casa Grande, para que puedan estabilizarlo, examinarlo y determinar las causas de su afección.

Los especialistas realizaron los primeros estudios sanitarios y a través de una radiografía pudieron observar que el animal tiene siete impactos de municiones producidas por una escopeta y que existe la posibilidad de que no pueda volver a volar.

“Agradecemos el proceder de los vecinos y le recordamos a la ciudadanía que ante situaciones donde encuentren animales silvestres en estado de vulnerabilidad, lo mejor es que den aviso a nuestra repartición”, dijo el secretario de Policía Ambiental, Adrián Rinaudo.

“Aunque no sabemos si podrá volver a volar, estamos tranquilos de que está en buenas manos al cuidado de los especialistas del Tatú Carreta”.

Para evitar que el plomo de las balas lo intoxique, se le está realizando un tratamiento de quelación, además de constantes análisis de sangre y estudios complementarios de rutina.

Su estado de salud es estable; los expertos se encargan de nutrirlo, de suministrarle analgésicos y antibióticos, y de prepararlo para que llegue fuerte a la cirugía a la que será sometido para extraerle los proyectiles con el menor riesgo posible.

Luego de los tratamientos que está recibiendo, se podrá tener un panorama certero de si se podrá o no reinsertar en su hábitat natural. El problema es que una de las lesiones más severas se encuentra en su pata izquierda, por lo que no puede caminar ni carretear para levantar vuelo.

En caso de que recupere su estado de salud, la reintroducción es sencilla; al tratarse de un ejemplar adulto, la intervención humana no debería afectar sus instintos de supervivencia.

 

 

 

 

Policías viajaban en moto y rescataron a un cóndor herido a orillas de la ruta