El camino que unirá las Sierras Grandes, es decir el Valle de Traslasierras con San Antonio de Arredondo y el Valle de Paravachasca, se encuentra en plena ejecución.

La semana pasada el gobernador Juan Schiaretti, inauguró un tramo que va desde San Antonio hasta el selector de Copina y aún se encuentra en construcción el camino que cruzará las sierras para llegar a Falda del Cañete. VER NOTA

La obra, a diferencia de otras vías ya construidas como el camino del Cuadrado o el camino de las Altas Cumbres, en algunos sectores utiliza viaductos volados en lugar de romper la montaña. Con esta tecnología se evita intervenir la montaña con terraplenes y muros de sostenimiento de hormigón además que tampoco se desmonta ni se interfiere el cauce de ríos.

Se trata de una obra gigante entre montañas sostenida por tecnología china: Un puente grúa opera la disposición de vigas de 40 metros de largo que pesan entre 100 y 120 toneladas. Unos 500 operarios de dos empresas tienen a cargo la construcción de estos tramos.

El puente grúa chino tiene 93 metros de largo con bases (cada 40 metros) que se adaptan según la distancia entre pilas de apoyo. La estructura cuenta con carros que izan las vigas y las van colocando una al lado de la otra, de 5 en 5, hasta completar la longitud necesaria.

Cada viaducto se conforma de vigas de hormigón rectas y curvas que se apoyan en columnas de fundación de hasta 60 metros.

“Es un trabajo de precisión”, remarca Daniel Gardella jefe del Departamento Obras de la Dirección Provincial de Vialidad. “Se trabaja con maquinaria de origen chino que adquirió una de las empresas. Se está en un 85% de avance de obra. La construcción de los viaductos es un poco más lerda. Es un tramo de un kilómetro en donde se está trabajando, pero se trata de la zona más compleja”, explica.

“El puente grúa se va corriendo – apunta Gardella -, comienza con el apoyo en tierra, después se apoyan las vigas en la primera columna. Cuando están colocadas, una viga a la par de la otra, la maquinaria se va corriendo, así se va armando el viaducto, moviéndose hasta poner todas las vigas”.

Gardella subraya que la decisión de construir viaductos en lugar de terraplenes fue la adecuada: “Hay un tramo, entre el kilómetro 6 y el 7 que tenía previsto grandes terraplenes para cortar la montaña, con el agravante que ese trayecto pasa por la falla de Punilla, que es de un material degradado que genera muchos problemas de estabilidad. Entonces, mientras fuimos avanzando con la obra, se observó que ahí era ideal generar viaductos para no tener que destruir la montaña y atacarla con material. Son 770 metros de viaductos en 4 tramos distintos”, explica.

La intervención en altura se realiza en una zona de acceso bastante complicado, cercana a Las Jarillas. “Una de las dos empresas que está construyendo la obra, hizo una compra de tecnología china que consiste en ejecutar las vigas y todo el equipamiento para trasladarlas al lugar y después, desde ahí, con un puente grúa ir colocándolas en cada tramo”, describe.

Arriba de las vigas va un tablero de hormigón de 15 metros de ancho que comprende la calzada de 7,30 metros, dos banquinas de 2,50 y dos veredas peatonales de 1,20 de cada lado. El asfalto y la banquina están separadas de la vereda peatonal por una baranda new jersey de hormigón.

Las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Financiamiento entienden que la labor estará concluida en el último trimestre del año.