Tras conocerse la triste noticia del asesinato de Fernando Báez Sosa, el chico de 18 años golpeado hasta morir por un grupo de 10 rugbiers en Villa Gesell, la sociedad generó un álgido debate expresado en parte en medios de comunicación, pero sobre todo en redes sociales sobre la relación entre el concepto de masculinidad que propone la sociedad tradicional patriarcal y la violencia.

Haciendo eco de esto, y muy a tono con la demanda de los diferentes grupos del feminismo existentes en nuestro país, un grupo de hombres junto a mujeres se sentó a reflexionar sobre sus prácticas diarias y elaboraron un kit educativo para formar jóvenes y adolescentes libres de violencia, que puede descargarse gratuitamente, en el siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/1a-uoc183Be8Jb3q6n20pFfISHb_F3bfb/view

Según indica el sitio elciudadanoweb.com, “las primeras iniciativas de hombres que se juntaron a pensar en sus prácticas empezaron hace una década con los grupos de varones antipatriarcales. Esos debates tomaron forma en el Instituto de Masculinidades y Cambio Social, lanzado en mayo del año pasado en Rosario por referentes de esta ciudad, Buenos Aires y La Plata”.

Instituto de Masculinidades y Cambio Social

Dicho instituto organiza capacitaciones en organizaciones e instituciones, a partir de las cuales tratan de pensar el lugar de los varones en la lucha feminista, para romper con prácticas machistas.

El material a descargar tiene capítulos teóricos, 4 propuestas de talleres y 4 videos hechos en coproducción con la plataforma de Instagram Privilegiados, que concientiza sobre los privilegios de la masculinidad hegemónica.

Varones y Masculinidad (es): hacia una nueva forma de pensarse

Varones y Masculinidad (es)” es un kit de herramientas pedagógicas para hacer talleres con jóvenes y adolescentes. El documento fue realizado en el marco de la Iniciativa Spotlight Argentina, con el apoyo de Unfpa (Fondo de Población de las Naciones Unidas) Argentina.

La pregunta disparador del Instituto de Masculinidades y Cambio Social para generar este nuevo contenido es: ¿Se pueden construir otras maneras de habitar la masculinidad que no estén ligadas a formas de violencia y humillación?

El documento, cuyo contenido estuvo a cargo de Agostina Chiodi, Luciano Fabbri y Ariel Sánchez, explora y explica de manera muy clara conceptos como género desde un enfoque crítico -que permite desnudar todos los mandatos sociales que existen en torno a ser mujer o ser hombre en la sociedad-; orientación sexual, y otro concepto, quizás el más abordado, es el de masculinidad.

Para reflexionar e interpelarnos

¿De qué hablamos cuando hablamos de masculinidades normativas y subordinadas? ¿Cuál es el papel de la violencia y el machismo, entre otros mecanismos usados para sostener un proceso de legitimación de la idea de hombre que la sociedad insiste en perpetuar? ¿De qué manera las masculinidades subordinadas tienen menos poder social que las normativas?, ¿Cómo hacer visible la masculinidad para los hombres y vencer las resistencias para pensarse como sujetos de género? ¿Cuáles son los mandatos tradicionales para alcanzar la masculinidad tradicional culturalmente esperada, la normativa? Son solo algunas de las preguntas que se responder a lo largo del kit.

Uno de los extractos interesantes de la publicación gratuita, es el que arroja luz sobre el concepto de masculinidad imperante. “La masculinidad no solo aparece como el elemento jerarquizado del par de género binario (masculino/femenino), sino que también se ubica como representante de la totalidad de la humanidad, como lo universal que habla, mira, juzga y decide. Así, cuando habla un varón, si cumple con las características de la masculinidad normativa (varón, heterosexual, blanco, clase media/alta), pareciera que lo hace en nombre de la totalidad de los seres humanos”, aseguran los autores.

Y continúan: “ Lo anterior también es un privilegio naturalizado, por eso, cuando pretendemos que los varones se piensen como sujetos de género, situados, con intereses parciales y responsabilidades concretas, no saben cómo hacerlo, no quieren hacerlo, se sienten interpelados y cuestionados. Esa reacción, aunque muchas veces inconsciente, es una forma de defender el privilegio de ser considerado un sujeto universal, es el privilegio de que sus privilegios no sean visibles ni se encuentren amenazados”.