Por Juan Alberto Pereyra. Lo que con mucho humor se ha constituido en uno de los clásicos chistes sobre la temporada de Carlos Paz que realiza en su obra de teatro Mario Fassi, hoy es sujeto de análisis. Y más teniendo en cuenta que, con este feriado de Carnaval, está concluyendo lo que desde varios sectores afines al turismo apuntan como “la peor temporada de los últimos 10 años”.

No hay dudas de que Carlos Paz es afectada por la difícil situación económica que atraviesa a los argentinos. Eso no está en discusión. Pero da la sensación de que también es la primera excusa cómoda que tienen determinados sectores privados y gubernamentales para evitar reconocer, públicamente por lo menos, que en algo se está fallando.

En el balance de la temporada presentado por FEHGRA (Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina), Carlos Paz figura por debajo de los destinos de la Costa Atlántica e incluso de otras ciudades turísticas de la provincia de Córdoba, como Villa General Belgrano, por ejemplo. Aunque también se debe aclarar que los porcentajes siempre son relativos, ya que se calculan en función de la cantidad de plazas con las que cuenta cada lugar.

Ahora bien, de alguna manera esto evidencia que, más allá del consumo generado en los destinos, las familias argentinas -días más, días menos-, salieron de vacaciones y se repartieron entre los diversos destinos.

Entonces, ¿por qué los turistas dejaron de venir a “la Perla de Punilla”? ¿Será que se está poniendo aburrido y no nos dimos, o no quisimos, darnos cuenta?

Volviendo al chiste de Mario Fassi, el humorista bromea repetidamente con que los visitantes no tienen más que Aerosilla, el Casino y el Cu-Cú para recorrer.

¿Y hasta qué punto no es así?

Si no, pongamos otro ejemplo: Estamos viviendo el fin de semana extra largo de Carnaval, finde del que no caben dudas que es el mejor de la temporada, tal como se adelantaba.

Sin embargo, eso no significa que al llegar se desplomen las expectativas de los visitantes.

La pregunta de todos al llegar a cualquier destino es: “¿Qué hay para hacer?”.

Y mi interrogante también es el mismo: ¿qué ofreció de distinto Carlos Paz? ¿Tiene algún atractivo que se renueve cada temporada para el público recurrente?

Da la sensación de que, en vez de generar nuevos atractivos que llamen la atención de los turistas, otorgan una vez más a las bellezas naturales de valle, a los lugares icónicos y a las propuestas teatrales, la responsabilidad de entretener y atraer al público por sí mismos.

Como así también, tal como lo anunciaban previo al lanzamiento de la temporada, se confió que la desventaja que tendrían los países limítrofes por la relación cambiaria beneficiaría al turismo carlospacense; cuando es sabido que nuestra ciudad se caracteriza por tener otro tipo de visitantes.

Al contrario, parece que cada vez se confía más, se piensa menos y lo que es aún más grave, se tiene menos voluntad para mantener el principal motor económico de la ciudad y conciencia de lo que el público realmente necesita.

Sino, fíjense ustedes. Atrás quedaron los recitales gratuitos sponsoreados por las marcas a cambio de publicidad. Y, en este caso particular, hasta las localidades más pequeñas han hecho sacrificios para ofrecer a su gente la celebración de los carnavales característicos de esta fecha u otros eventos.

Pregunto nuevamente: ¿Carlos Paz, ¿qué ofreció? Nada.

Esta postura lejos está de echar culpas. Sin embargo, resulta necesario que tanto el sector gubernamental como el privado despierten de una vez y, al menos por un rato, atraviesen “el otro lado” del mostrador, adopten el “modo turista” y abran sus sentidos para entender lo que desde hace varias temporadas los visitantes vienen demandado.