Rodrigo Bueno tenía una personalidad magnética. Carismático y con el talento necesario para hacer brillar la música popular de Córdoba, puedo llevarla a otros lugares del país, pero tuvo una vida demasiado corta, signada por la tragedia. Hace 20 años, un 24 de junio de 2000, fallecía “El Potro”, como le decían, en un accidente automovilístico en la Autopista Buenos Aires-La Plata.

Nació el 24 de mayo de 1973 en la capital cordobesa, hijo de Beatriz Olave y Eduardo Bueno, ambos trabajadores de la industria musical.

Desde niño estuvo en el ambiente musical, tuvo su primera aparición en los escenarios a la temprana edad de cinco años. Cercano al grupo “Chébere” uno de los más populares de Córdoba, comenzó a hacer colaboraciones junto a ellos.

Su padre como productor musical moldeó su camino artístico que en sus inicios fue con la banda “Manto Negro”, con la que no tuvo demasiada popularidad.

En la búsqueda de conquistar al público se trasladó a Buenos Aires y el año 1987 grabó su primer disco “La foto de tu cuerpo”.

Primeros éxitos

Con el lanzamiento de su segundo disco “Aprendiendo a vivir”, marcaría el comienzo de su ascenso y rotundo éxito en todo el país.

A mediados de los noventa “El Potro” se consagró y fue reconocido como uno de los íconos del cuarteto, junto a Carlos “La Mona Jiménez”.

Las letras de sus canciones al ritmo del cuarteto conquistaban a todo tipo de público. En Buenos Aires se enamoraron de sus temas y llegó a ser muy popular. Lo invitaban a cuanto programa de televisión hubiera. El Potro siempre convocaba.

El ascenso

Se consideraba un muchacho de barrio, cercano a su público y rodeado por su familia. La sorpresiva muerte de su padre, representante y mentor de su carrera, en el año 1993, fue un gran golpe para él.

Luego llegó la firma de un contrato con la productora discográfica Magenta, que tenía en su catálogo a la mayor parte de los grupos de cumbia.

Su éxito fue indiscutido, giras maratónicas por todo el país, decenas de miles de discos vendidos, premios, y sus canciones que se convirtieron en hits instantáneos.

Comenzó a cultivar un alto perfil dentro de la farándula, era la figura del momento, por su simpatía, su humor, y sus extravagantes colores en el cabello.

En abril del año 2000, en la cima de la fama, ofreció 13 recitales en el Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires, siendo un éxito total de público.

Mantuvo algunos romances, el más recordado fue con la vedette Marixa Balli, quien también protagonizara el video clip “La chica del ascensor”.

En el año 1997 nació su único hijo, Ramiro, fruto de una relación con Patricia Pacheco. Su última pareja fue Alejandra Romero, hermana de un letrista del músico.

La tragedia

La noche del 23 de junio del 2000, Rodrigo estaba cenando en un restaurante junto a sus colaboradores, su pareja y su pequeño hijo Ramiro. Allí también estaba Fernando Olmedo, hijo del cómico Alberto Olmedo, a quien invitó a que lo acompañara a los shows que debía brindar durante la madrugada del 24 de junio, Olmedo subió a la camioneta que conducía Rodrigo y también perdería la vida.

A la altura de la localidad de Berazategui, la camioneta que el músico conducía rozó a otro vehículo y perdió el control del automotor, se estrelló contra una barra de contención y, debido al impacto, Rodrigo salió despedido y quedó tendido en medio del camino donde fallecería.

Con una meteórica carrera, el chico que había llegado a Buenos Aires desde su Córdoba natal para convertirse en una estrella, logró que su nombre y su música sean recordados para siempre.