Pasaron cerca de 20 años desde que el gobierno de turno de aquel entonces realizó una plataforma de cemento sobre una roca en el medio del río San Antonio, en el balneario más popular de la ciudad, con la intención de que allí se instalen los guardavidas para hacer su trabajo.

Lo cierto es que, según indicó el geólogo Sebastián Pastor, nunca tuvieron en cuenta que tapaban parte de vestigios arqueológicos, como morteros que usaron allí los primeros habitantes de este territorio.

“Estuve el 31 de julio en el lugar, era vísperas de la Pachamama y quizá es lo que me dio impulso de publicar el daño de un sitio arqueológico”, señaló el geólogo. “Es un sitio que está en el medio del río en el balneario de Playas de Oro, y comúnmente está lleno de agua. Hace un tiempo que no pasaba por ahí, y pude ver que había una bajante del nivel del río y logré acceder”, dijo .

Se trata de una gran roca “que hace un islote y que es usada por los guardavidas para hacer su tarea, la macana es que se creó una plataforma de cemento que tapó a un conjunto de morteros”.

“Seguramente, el acondicionamiento de este espacio para esta tarea se podría haber realizado de diferentes maneras, para menor impacto del monumento arqueológico. Cuando se hizo, hace aproximadamente 20 años, se realizó de la forma más impactante y desde aquel entonces, permanece allí, es un monumento contemporáneo que simboliza el desinterés por el pasado”.

Invisibilizados

Pastor indicó que se trata de vestigios arqueológicos comunes en el sector sur del Valle de Punilla, y también en toda la región. “Como ocurre con el legado de los pueblos originarios, son bienes altamente invisibilizados que de algún modo se miran pero no se los ve. Esto tiene que ver con una herencia colonial de negado de los pueblos originarios, no está en otro lugar la razón de este tipo de actitud hacia el pasado”, opinó el arqueólogo.

Y aseguró: “No hace mucho tiempo se celebró un nuevo aniversario de la ciudad, y nuestra mirada en general hacia el pasado compartido, hace referencia hacia un tiempo específico, al del fundador, a sus descendientes y a los pioneros. En definitiva concebimos un pasado del siglo XX, nos concebimos como colonos”.

Para el especialista, “a lo largo de todo el tiempo, no es solo de una gestión política en particular, sino de todas ellas, es un reflejo de lo que viene siendo nuestra mirada como a comunidad acerca de la identidad y el territorio que nos toca habitar”.

“Podemos citar estas rocas con morteros que están en los jardines de la Municipalidad, que en algún momento fueron trasladadas, seguramente con un objetivo de puesta en valor, y fue una acción realizada sin ningún rigor técnico”, recalcó y añadió:”Despojarlas del lugar donde estaban, se pierda gran parte del valor que define a estos objetos y es el de permanecer en el lugar donde fueron usadas”.

Pastor remarcó “que no es un daño irreversible, es preciso por un lado, pensar en la necesidad que tienen los guardavidas para usar el lugar y realizar sus tareas, pero hay barajar opciones que resulten lo menos dañina para la integridad de los monumentos arqueológicos. Sería muy importante la reparación del lugar, como señal de una nueva época, sensible y valorizadora de estos bienes”.