Dos días después de que se impusiera el aislamiento decretado por la Nación para minimizar los casos de coronavirus, algunos pobladores de la localidad de Loncopué, un pueblo neuquino de siete mil habitantes, asistieron a una fiesta que no podían hacer: ahora, dos de los asistentes murieron, otros 24 están infectados con el Covid-19, 60 familias permanecen en cuarentena y el pueblo no sale del estupor.

“Muchos pensaron que como estamos lejos, acá no iba a llegar el virus y ahora hay alarma, angustia y un pueblo que está cerrado y donde nadie puede transitar hasta el martes próximo”, dijo a Télam el concejal del Frente de Todos, Teodoro Stuardo.

Loncopué se ubica a 250 kilómetros hacia el norte de la capital provincial y funciona como paso obligado para visitar la localidad de Caviahue y el Centro Termal de carácter internacional Copahue.

Para el concejal Stuardo, “esto se destapó de repente porque cuando se tuvieron que tomar las medidas que el presidente Alberto Fernández anunció, acá se minimizó: durante la cuarentena, había gente que se visitaba, se juntaban algunos grupos hasta tarde en la noche y también organizaron un asado de cumpleaños que fue donde se contagió mucha gente”.

El asado prohibido celebraba un cumpleaños: “Los 64 años del padre de un concejal del pueblo que se hizo en una chacra”, precisó Stuardo, que está aislado también porque compartió una sesión del concejo deliberante en la que se declaró la emergencia en la localidad con el edil que fue parte de los festejos y ahora todo el cuerpo está bajo análisis.

Además, el homenajeado falleció en el hospital de Zapala, donde estaba internado.

El párroco de Loncopué, José María D Orfeo, aseguró a Télam que “lo que pasó fue una gran irresponsabilidad, pero ahora lo importante es tratar de parar esto de alguna manera”.

Contó que había celebrado la última misa grabada y transmitida por radio: “Pensábamos hacer lo mismo en esta Semana Santa pero no se podrá”, indicó aunque no abandona a sus fieles.