Aún no se sabe cómo  se desarrollará esta pandemia actual en términos de implicaciones posteriores sobre la salud y los comportamientos sexuales y reproductivos de las personas, pero sí surgen muchas preguntas desde el punto de vista sexual. Incluso si, como se espera, este período se prolongará por el efecto dominó del brote.

Si bien en la actualidad, no se ha informado de ningún estudio sobre la transmisión sexual de SARS-CoV-2 de los espermatozoides a los ovocitos ni de transmisión sexual, -ya sea vaginal o anal- para el virus, las orinas y las heces han sido acusadas de ser fuentes de infección.

Monogamia

Por el momento, la infección no puede clasificarse como de naturaleza venérea. Sin embargo, el virus se transmite de manera eficiente al besarse, una práctica muy común durante los juegos previos y las relaciones sexuales. La transmisión oro-fecal mencionada sugiere que se debe evitar el anilungus. Otras prácticas sexuales se consideran seguras.

Por lo tanto, el sexo entre una pareja habitual sin síntomas, sin contactos sospechosos, negativo para el virus y que viven juntos desde el comienzo de las restricciones debe considerarse seguro y una herramienta real para mantenerse conectados y aliviar la ansiedad durante la convivencia forzada.

Autoerotismo o sexo virtual

Por el contrario, los nuevos encuentros sexuales con parejas no habituales, donde se aplica la regla de distanciamiento de más de dos metros, hace que esta práctica sea imposible. Para el soltero, practicar el autoerotismo puede representar la única forma de mantener la salud sexual y muchos adolescentes y jóvenes tienen una gran oportunidad de explorar otras formas de relacionarse con nuevas parejas sexuales al reunirse en línea mediante mensajes de texto o mediante videollamadas.

Los especialistas

Sobre el tema, la doctora Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico, expresó al medio Infobae: “Mucho se ha hablado sobre los efectos de la cuarentena en las parejas y en los individuos; desde la posibilidad de un nuevo baby boom hasta el riesgo de que la convivencia forzada por tan largo tiempo genere separaciones a causa de cierta asfixia. Se ha sugerido hacer uso de la tecnología, el cybersexo o la compañía de uno mismo mientras que por otro lado se analiza la posibilidad de una mayor profundización en la comunicación entre personas que, al no poder tocarse, se dedican a conversar y a conocerse mejor como seres humanos con una videocámara de por medio; algo que en los últimos años se había perdido”.

Por su parte, para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, con la epidemia de coronavirus sucedió un hecho insólito: la “monogamia obligada”, sobre todo para aquellos otros vínculos (además del estable) con un compromiso afectivo y “buena piel” sexual.

“La mayoría de las personas, por miedo al contagio, o para evitar un nuevo conflicto en la relación estable, optan por la monogamia con disgusto o resignación. La ‘monogamia obligada’ genera más ansiedad y la necesidad de mantenerse en contacto telefónico o virtual con un tercero”, destacó el profesional.

Para concluir, afirmó: “Creo que por un tiempo largo, por lo menos hasta que estemos inmunizados por una vacuna, las restricciones amatorias con personas desconocidas o con amantes serán muchas. Las páginas de trabajadoras y trabajadores sexuales también ofrecen servicios de videollamadas con pago por medios digitales, y es muy probable que sean pocas las personas que se expongan a contactos íntimos por más medidas de seguridad que se implementen”.

Fuente: Infobae