Cada participante de Pabellón Tornú construye su propio recorrido del enigmático espacio ubicado en el Hospital Colonia de Santa María de Punilla.

Cada experiencia de quien decida participar de esta puesta en escena será diferente a las otras. No sólo porque se arman grupos de espectadores-participantes para poder armar la historia de la propuesta: descubrir dónde está la persona desaparecida del lugar y quién o quiénes son los responsables de esa desaparición, sino porque cada uno puede elegir a qué personaje seguir una vez inmerso en la trama, incluso si en principios se pide que se siga a uno en particular.

Todo esto, teniendo en cuenta que la recomendación es “cumplir con las indicaciones de los actores, para ser 100% parte de la experiencia”.

Otra consigna a respetar por parte del público es “usar la máscara que entregan al ingresar a la obra para poder diferenciarse de los artistas”. Reglas, son reglas.

Hay diversos personajes que interactúan a lo largo del relato. Teatro inmersivo, teatro vivo, esta propuesta requiere, en lo posible, seguir el ritmo y los pasos de quienes cuentan la historia a lo largo de las diversas habitaciones del pabellón para acompañar el devenir de los hechos, comprender a dónde llevan las pistas que se presentan y conocer los propósitos de los personajes y así organizar el rompecabezas.

Pabellón Tornú es un juego teatral que invita a estar atentos y a no perderse demasiado en las habitaciones, o ante la súbita presencia de los seres atormentados que forman parte de la diégesis. Personajes que van y vienen por el lugar, metidos en sus propios mundos, produciendo disturbios y distrayendo la atención del hilo que conduce la trama. Aunque, perderse, también es parte de la singular propuesta, o debería serlo.

Y si el espectador-participante se extravía por ahí, se detiene a contemplar alguna habitación o se dispone a hacerlo, deberá entonces entregarse a su propio planteo lúdico, aprovechando lo que ofrece ese universo colmado voces extraviadas, luces tenues en medio de la oscuridad, sonidos fuertes y disruptivos que superan los decibeles de los parlamentos de los actores, impidiendo escuchar muchas veces aquello que van profiriendo. Una atmósfera lúgubre y algo confusa, muchas veces vista, que no es posible digerir de a poco, al menos desde desde el convite formal, dado que el tempo de relato no lo habilita.

Pero como el espectador-participante después todo, manda, hay otra forma de transitar la experiencia: tal como se le plazca. Eso sí, tomando esta decisión, podría resultar incompleta, desordenada, como un largo déjà vu, tanto para quienes ya hayan experimentado este tipo de teatro y temáticas, como para quienes no hayan tenido la oportunidad hasta el momento. Todo está en el imaginario y circula como un sistema de representaciones signadas por la eterna reiteración.

Algunos personajes centrales son Alex, encarnado por Francisco Bruzzone, un periodista obsesivo e impulsivo, que ingresa a Pabellón Tornú en busca de una persona desaparecida. Otro es Sol (Milagros Ponce), la detective, muy reservada , “no deja escapar detalle”. Su compromiso va más allá de lo profesional, ya que arrastra consigo el peso de la desaparición no resuelta de un ser querido en circunstancias similares.

Otros personajes son Cruz, interpretada por Rocío Pardo -que además es directora del espectáculo-, quein se debate entre sus deseos de libertad y las trampas autoimpuestas que la retienen en el lugar. También está Virginia, llevado adelante por Mariana Massera, directora artística de Tornú, quien “detenta el poder en ese sitio olvidado”, que es el pabellón. Además está El sapo, las prostitutas, la monja, la médica, la tarotista, y otros tantos.

Más de 17 intérpretes forman parte de Tornú, donde reina la oscuridad y las facetas más tenebrosas de lo humano. En escena se presentan Francisco Bruzzone, Facundo Francia , Florencia Busso, Victoria Findlay Wilson Ignacio Nicolás López Diez,Ale Ponce, Amarú Zaraik, Mariana Massera – Rocío Pardo, Milagros Ponce, Rodrigo Sisterna, Braian Domínguez, Catalina Sabella, Romano Piccato, Pedro Rodriguez, Arturo Leone, Luciano Villarreal y Tomás Díaz.

Danza teatro, acrobacias aéreas, actuación, efectos sonoros y visuales, y un mítico lugar intervenido por diversos objetos y conceptos, que propone mucho más de lo que se ofrece. Para quienes estén dispuestos a transitar una experiencia inquietante.

Pabellón Tornú

Dirección general: Rocio Pardo. Dirección artística: Mariana Massera y Rocio Pardo. Dirección técnica: Carlos Bariggi Amara. Dirección de arte y puesta en escena: Mauricio Barriera. Dirección actores: Rocío Pardo: Producción: Pardo producciones. Coreografía y diseño musical: Mariana Massera. Producción ejecutiva: Ivana Guillaume.Asistente coreográfica: Catalina Sabella. Diseño y desarrollo de efectos especiales: Gravitarg srl: Vestuario: Divo trajes. Asistente general: Nicolas Pino.

Funciones y entradas

Las funciones son las siguientes: 18 a 21 de enero a las 22 en el Hospital Colonia Santa María de Punilla. Entradas $ 9000, con traslado ida y vuelta desde Villa Carlos Paz $ 11000.

Puntos de venta físicos Villa Carlos Paz: boleterías de Teatros Luxor, Libertad y Holiday; Óptica Boa Vista en 9 de julio 36. Venta online en www.autoentrada.com con todos los métodos de pago.

El evento cuenta con la opción de comprar entradas con traslado ida y vuelta, hacia el Hospital Colonia de Santa María de Punilla, desde la Terminal de Ómnibus de Villa Carlos Paz. Para adquirirla se debe seleccionar la opción “Entrada General Traslado VCP”, al obtener el ticket se brinda información sobre el traslado (hora, plataforma y empresa de transporte). Cupos limitados.

Gran estreno de “Pabellón Tornú”: teatro inmersivo para develar el misterio de una desaparición