El tiempo se agota en los bolsillos de muchos de las y los propietarios de los centros de juego. “Sostener la estructura, en esta situación, es imposible”, advierten los ‘cancheros’.

La pandemia golpeó a cada una de las pymes locales, sea el rubro que sea. Algunas -pocas- espaldas estaban más fortalecidas y se readaptaron para sobrevivir economicamente, pero muchas otras no lo pueden hacer sin volver a su “vieja normalidad”. Las canchas de fútbol 5 son una de ellas.

Sus dueños y dueñas, propietarios e inquilinos del lugar, se manifestaron con un “picadito” bajo las medidas de seguridad correspondientes ante la falta de respuestas concretas del estado, en su parte local y en escala provincial. “Bancamos dos meses tranquilos, con la justa capacidad para sostener el negocio, pero hoy necesitamos que nos digan de qué manera podemos volver a tomar turnos para readaptar todo a la medida del protocolo. En una semana tenemos todo listo y la gente puede volver a jugar tranquila que el riesgo de contagio va a ser estrictamente controlado”, sostienen.

“Muchos jugadores de los que se ven en los videos de ‘partidos clandestinos’ son chicos que tenían uno o dos turnos fijos por semana en nuestras canchas. A eso se lo quitaron y terminan generando conglomeración de gente en otros lugares”, analizó el “canchero”, como se autodenominó uno de los propietarios, en referencia al campeonato de fútbol en medio de la cuarentena en una cancha de nuestra ciudad (ver nota)

En promedio, una estructura de dos canchas con empleado, impuestos, servicios, seguros y mantenimiento, necesita de ochenta mil pesos para sostenerse mensualmente, según el propio cálculo de estos los carlospacenses. “El crédito ayuda, pero para que sea efectivo nosotros debemos abrir en pocos días para poder devolverlo luego”, indicaron.

El grupo de propietarios sostiene que enviaron un par de cartas al municipio para una posible futura reunión en la que se analice la situación pero no obtuvo respuestas al momento. “Sólo nos llegan mensajes donde dice que se podrá volver en pocos días, pero eso sucedió durante todo el aislamiento. Los días pasan y no podemos abrir. Mandamos a fines de mayo una nota a la municipalidad y supuestamente no ingresó. A principio de este mes mandamos otra y sólo hubo una llamado en el que no se concretó nada, ni una llamada virtual futura, nada” detalló uno de ellos.

“Los restaurantes y bares ya abrieron. Se juntan 8-10 personas sin barbijo, cumplen un protocolo, se les toma un número de teléfono responsable del grupo y está todo bien. Nosotros también lo tenemos. No entendemos por qué no estamos habilitados aún”, remarcaron al unísono.

El fútbol 5-7 es de las actividades que más creció en la última década. La demanda obliga a que la oferta se amplíe. Sin embargo, en medio de esta pandemia y con las puertas cerradas, permanentes, no resulta rentable. Ni hablar de los que tienen el partido semanal previo a los choris. Ellos también lo sufren y no lo pueden jugar. ¿Será la solución el “metegol humano” rosarino, extendido por todo el país? Lo dudo.

Mientras tanto en gran parte del país en la que se incluye Córdoba, sin una razón lógica palpable, las canchitas siguen cerradas y con la necesidad urgente, tanto económica como emocional, de volver a respirar fútbol.