Más de 800 personas murieron y centenares permanecen desaparecidas en Palau y la cercana villa de Donggala, tras los efectos devastadores de la serie de terremotos y tsunami que golpearon en Indonesia este 28 de septiembre.

Uno de los movimientos sísmicos alcanzó los 7,5 grados y fue seguido de olas que llegaron a medir 3 metros de altura. El suceso se produjo en torno a las 6:00 de la tarde hora local.

“A mediodía (local) de hoy hay 832 muertos” anunció el portavoz de la agencia de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho, la mañana de este domingo. Además indicó que se duplicó el balance anterior de 420 muertos, y aseguró que el número de fallecidos seguirá aumentando.

“Es muy duro; la ambulancia trae nuevos cadáveres cada minuto, no hay mucha agua y se saquean las tiendas en todas partes”, dijo Risa Kusuma, una madre de 35 años que mecía a su niño en un centro para refugiados de Palau.

Los hospitales no dan abasto con la llegada de víctimas y muchos heridos tienen que ser atendidos al aire libre; algunos establecimientos quedaron deteriorados a raíz del sismo. Por otro parte aterrizan aviones con cargas solidarias de materiales y  comidas.

Muchos sobrevivientes de la ciudad durmieron en campos de futbol o en refugios improvisados, construidos con bambú, por temor a las réplicas del terremoto.

Agencia AFP.