Marine no tiene mucho apuro. Hace cinco meses llegó a la Argentina, un destino que se propuso conocer hace mucho tiempo, cuando le hablaron de su naturaleza y de su gente.

“Todo es hermoso, hay cosas que uno espera que tienen más fama, y otras que te sorprenden”, dice la joven que camina junto a Kolia, su perro samoyedo, que también dejó la paz de los Alpes por la adrenalina del viaje.

El sábado llegó a Carlos Paz y caminó por la costanera de Playas de Oro con mucha tranquilidad.

Marine dice que Kolia ahora está acostumbrado al viaje y le cuesta mucho parar. “Era un perro de la casa, acostumbrado a su lugar. Al principio se enojaba y ahora quiere caminar”, asegura Marine que viene de los Alpes, de un pueblo llamado Barcelonette.

-¿Por qué decidiste hacer el viaje?

-Trabajo hace muchos años. Necesitaba un cambio de vida, salir de Europa. Algo no va bien en la forma de vida. Quería ver si en otra parte del mundo se podía vivir de otra manera. Vine porque sabía que la Patagonia es un lugar para estar tranquila.

Asegura que en el camino que empezó hace cinco meses se encontró con gente muy buena a pesar de lo que le habían dicho.

El viaje de Marine sigue hacia La Rioja. Su destino es , por ahora, el Parque Nacional de Talampaya. Después, el camino dirá.