Son consecuencia de la prolongada sequía que vivió la región en los últimos meses. De a poco, el lago San Roque aumenta su caudal a partir de las últimas lluvias, pero la desembocadura del río San Antonio muestra playas con bancos de arena amplios, buen pasto y lindas sombras para los que no se quieren broncear tanto.

“Las playitas del centro tiene ese no sé qué”, canturrea un vendedor de pastelitos que pasa por el lugar con la alegría de encontrarse con un nuevo público en el horario de playa, en un sector bien céntrico.

Desde el puente Zilli hasta el Cassafousth, los turistas y vecinos disfrutan de un verano distinto en un sector que habitualmente está bajo agua.

Chicos que disfrutan el agua con sus padres, abuelos que pasan el rato con un buen mate bajo una linda sombra y jóvenes que prefieren la tranquilidad al ruido sin tener que tomar colectivos o taxis para ir a playas más concurridas.