La definición más fría de la palabra recuerdo hace referencia a una imagen del pasado apresada en la memoria en donde intervienen conexiones de neuronas y funcionamiento cerebral.

Apelando a otro significado de la palabra se puede apelar a la frase de Eduardo Galeano en “El libro de los abrazos” cuando señala que “recordar es volver a pasar por el corazón”. 

En tiempos de Internet, teléfonos celulares, plataformas audiovisuales y redes sociales todo parece ser líquido y fugaz. Pero hubo otra época, no tan lejana, en los años 80 y 90’ en la que la compañía cotidiana estaba en los tres canales de Córdoba que compartían la información y los programas de entretenimientos que quedaron en nuestra memoria colectiva.

Y no meramente como imágenes que almacenó nuestro cerebro sino, literalmente, como recuerdos del corazón.

Los programas infantiles más recordados de la historia en Córdoba son Los Chicos del Diez que todos veían con cada merienda de la tarde y Marina y los Chipicopos.

Pero, además, los niños de esa época se levantaban todos los domingos con Pan y Manteca: un programa ómnibus con tribuna repleta de niños que presenciaban el programa desde los palcos del estudio de Audiovisión

Se emitía en vivo y en directo todos los domingos de 9 a 13.  Entre lo más esperado del programa estaban os dibujitos del Conde Patula  que se reencarnaba a través de un ritual místico, que “se realiza una vez cada siglo, cuando la Luna está situada en la Octava Casa de Acuario” (esta era la introducción de cada episodio con la participación estelar del mayordomo Igor).

Otro de los personaje de este programa era el payaso Ricky y un mimo que recién empezaba a trabajar en el mundo infantil y que no era otro que el primer Piñón Fijo. Y había espectáculos musicales que gastaban las horas del programa, y eran tan variados como dispares. En Pan y manteca, se podía escuchar desde un recital de Ricky Martin a los Fabulosos Cadillacs.

Viento a favor

El contexto económico favorable de la década del 90 en la Argentina, hizo que en Córdoba sea posible contar con programas que se caracterizaban por traer artistas internacionales para realizar prolongados recitales en horas de aire de la TV.

Así surgió un programa con todos los condimentos y características noventosas como fue La Pachanga. Fue conducido en principio por el Lagarto Guizzardi y posteriormente por las gemelas mexicanas Ivonne  e Ivette

Era un programa con características de “verano eterno”, música en vivo con artistas variados tanto en género como en su nacionalidad.

Las gemelas mexicanas eran las encargadas de cantar el tema de apertura que como no podía ser de otro modo, coincidía con el tema hit del momento compuesto por los populares Vilma Palma e Vampiros.

Después pasaron otros conductores que luego emigraron a la TV porteña como es el caso del pelilargo y carlospacense, Leo Montero.

Pero quién no recuerda a Ivonne e Ivette cantando su famosísimo tema lento ( que en la época de los 90 eran infaltables) “Cuando pierdes al hombre que amas”. 

Hablando de hits y grupos famosos por esas épocas, había un grupo para adolescentes que en el año 93 tenía a todo el mundo cantando… “ pero debes comprenderme…si me marcho ya….,”. Se llamaba Six Zag y sus integrantes eran cinco chicos con onda muy New Kids on the Block ( pero argentinos).

Por ese mismo escenario pasaron artistas como Wilkins, con “Sopa de caracol” o Magneto, el grupo mexicano con tantos hit como fans en nuestra Córdoba.

Recordar es pasar por el corazón… ¿qué recordás de esa época?