Después del procedimiento, Evangelista no volvió a tener una relación amorosa y evita todo el tiempo mirarse al espejo.

La supermodelo canadiense Linda Evangelista, de 58 años, compartió su experiencia de depresión y aislamiento tras someterse a un procedimiento estético conocido como CoolSculpting o criolipólisis.

Evangelista, un ícono de belleza de los años 90, indicó que la intervención resultó en efectos adversos severos, dejándola con depresión clínica. Esta adversidad se suma a las complicadas situaciones personales que Evangelista ha enfrentado, incluyendo una batalla contra el cáncer de mama.

En una conversación con The Times, Evangelista detalló cómo las siete sesiones de CoolSculpting que se realizó entre 2015 y 2016, que buscaban eliminar grasa de su mandíbula, muslos, estómago y espalda, terminaron en un resultado devastador. El tratamiento no solo no cumplió con las expectativas, sino que resultó en protuberancias duras y entumecidas que ni la liposucción ni el uso de prendas de compresión corporal total pudieron corregir.

La criolipólisis consiste en colocar un dispositivo en zonas específicas del cuerpo con el fin de congelar células adiposas. En los casos exitosos, las células mueren y el cuerpo las absorbe reafirmando las zonas donde el CoolSculpting hizo su trabajo. Sin embargo, existe un número importante de casos donde los resultados terminaron generando varios estragos, como le pasó a la supermodelo que en los años 90 era la portada de todas las revistas importantes de moda.

Linda pasó muchos años sintiéndose avergonzada por el resultado del procedimiento estético, confesando a Times que desde que se lo hizo, no volvió a tener una cita con alguien. Así mismo, la vergüenza se ha ido disipando, y aunque los comentarios de la gente aún siguen hiriendo e incluso la modelo confesó evitar mirarse al espejo, Evangelista continúa con su viaje hacia la autoaceptación.

Ya no me culpo. Ya no soy dura conmigo misma. Y lo que la gente siente por mí todavía me molesta un poco, pero antes me molestaba mucho. Ahora sé que no he hecho nada malo. Durante mucho tiempo pensé que sí. No me he librado completamente de ello, pero trabajo duro para librarme de la culpa y la vergüenza. Y no dejo que me arruine la vida. No me habría quedado encerrada si hubiera sabido a cuánta gente le importaba”.

Con casi 60 años, Evangelista aseguró que lo que más disfruta al día de hoy es ser madre de su hijo Augie, a quien tuvo con el multimillonario François-Henri Pinault y que ahora está casado con la mexicana Salma Hayek. Fue gracias a su hijo que Linda pudo salir de su depresión, y al ver que el joven de 17 años está teniendo una vida plena, la ex-supermodelo ha logrado sentirse muy satisfecha con ella misma.

“Volví a terapia. Y ahora soy la madre más divertida que existe. Si algo hago bien es eso, ser mamá. Creo que mi hijo es genial, y si él es genial, entonces yo soy una mamá genial”.

 

Fuente y foto: Infobae