La Justicia ratificó el rechazo a un recurso de apelación presentado por la madre de las nenas de 4 y 7 años, y ahora deberán regresar antes de fin de año con su padre que reside en Nueva Zelanda.

Las hermanitas habían sido traídas a Carlos Paz por su madre J. (27 años) en el mes de abril, tras la separación con su ahora expareja G. (39), a quien acusa por violencia de género. El hombre solicitó inmediatamente la restitución internacional, con el argumento que no había autorizado el viaje de las menores.

G., padre de las niñas, había declarado a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, que el traslado en abril a nuestra ciudad fue ilícito, pese a que ambos padres firmaron un permiso de circulación firmado ante un escribano.

La mujer J. presentó un recurso de apelación que fue rechazado por el Tribunal Superior de Justicia, ratificando la sentencia del pasado 22 de octubre del juez en lo Civil, Comercial, Conciliación y de Familia de 1ª Nominación de Carlos Paz, Andrés Olcese, quien ordenó la inmediata restitución internacional de las hermanas.

La mamá decidió no presentar ningún recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia, por lo que accedió a retornar a Nueva Zelanda con las niñas, aunque con ciertas garantías que exigen un “retorno seguro”.

J. seguirá la batalla judicial en Ashburton. Para ello, llevará copia traducida del expediente iniciado en la Justicia cordobesa, donde las niñas declaran ante psicólogos del Tribunal en Carlos Paz haber presenciado actos de violencia contra su madre por parte de su padre. Otros testigos también aseguran tener conocimiento de esta situación, según publicó este domingo La Voz.

Para garantizar un retorno seguro y la estancia en Nueva Zelanda, el juez de Carlos Paz deberá gestionar en Cancillería, con un funcionario de enlace entre los dos países, una visa de residencia para las niñas y para la madre, junto con un permiso de trabajo.

Además, la mujer solicita cuidar a las niñas por un período mínimo de tres meses hasta normalizar su situación en aquel país, permitiendo un régimen amplio de visitas al padre. También pidió que se ordenen medidas restrictivas de contacto entre ambos adultos, ya que considera que “podría implicar riesgo para su vida y para su integridad psicofísica”.

Foto de tapa ilustrativa.