Fernando “Pino” Solanas falleció esta madrugada en París , una ciudad que le encantaba.

Después de muchos años de exilio durante la dictadura argentina en la capital francesa, había regresado a su segunda casa.

El presidente Alberto Fernández lo nominó embajador en la UNESCO y fue cumpliendo esta nueva misión hasta que se contagió con el coronavirus, a los 84 años.

Combatió el virus en la terapia intensiva del hospital Americano de Neuilly sur Seine junto a Ángela, su esposa brasileña, que se contagió pero fue dada de alta una semana después.

Los médicos convocaron a sus hijos, Juan, que vive en Punta del Este, y Victoria, porque la salud de Pino se agravaba con los días. Estaba con un respirador artificial, sus pulmones estaban muy afectados. La familia no quería que se comunicaran más detalles durante el proceso.

Legado

Desde la impactante La Hora de los Hornos, filme ensayo, de exploración documental,(1968), donde junto a Octavio Getino y otros cineastas inauguraron el tercer cine, en oposición al cine hollywoodense y al cine de autor europeo, o quizás solo un tercer cine combativo, -de fuerte compromiso social con la realidad pero también con el lenguaje cinematográfico de ruptura-, Pino fue relator y protagonista de la historia social, política y artística de la Argentina.

Como cineasta, otra de sus obras destacadas son Perón, la revolución justicialista (1971), Sur (1988), Tangos, el exilio de Gardel (1985), Memorias del saqueo (2004), La dignidad de los nadies (2005), La próxima estación (2008) entre otras.

Como político fue el referente del movimiento Proyecto Sur y fue elegido diputado nacional en 2009 y senador nacional en 2013, en ambos casos por el distrito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Reconocimientos

Pino fue además jurado en importantes festivales de cine y dicta seminarios en las principales escuelas de cine de América Latina, Europa y Estados Unidos. Desde 2006 fue Profesor Emérito en la Universidad de Los Ángeles (UCLA) y en la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM).

Recibió condecoraciones de los gobiernos de Italia y Francia y la máxima distinción cultural cubana: la Orden Félix Varela. En 2011 volvió a recibir un Premio Konex esta vez como uno de los 5 mejores documentalistas de la década 2001-2010.

Escribió numerosos artículos sobre cine, cultura y política tanto en Argentina como en el resto de América Latina y Europa. Escribió el ensayo La Mirada (1989); Cine Cultura y Descolonización, en colaboración con Octavio Getino (1971); y un ensayo de investigación, Yacyretá: Crónica de un despojo (1996).

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