Sacudido por la fuerte crisis financiera que elevó el dólar por encima de los 40 pesos el dí jueves e hizo desestabilizar la economía por un lado y el publicitado acuerdo con el FMI por el otro, el presidente Mauricio Macri haría fuertes cambios en su gabinete este lunes.

Los cambios comenzaron a cocinarse el sábado en una reunión de mesa chica en la que no faltó la gobernadora María Eugenia Vidal, el jefe de gabinete Marcos Peña y el asesor en comunicación del gobierno Jaime Durán Barba.

La estrategia es recuperar la confianza en los mercados, generar ministerios con mayor margen de acción y decisión y bajar el gasto público en un gabinete que contaba con 23 ministerios.

En este contexto, y con la dinámica que impone la crisis económica y política, serían inevitables las renuncias de Dujovne, Faurie, Etchevehere y Aguad, mientras que Ibarra, Triaca, Avelluto y Bergman, continuarían como secretarios de Modernización, Trabajo, Cultura y Desarrollo Sustentable.

En este escenario, Macri se reunió a solas con Melconian –por segunda vez en dos semanas—y lo sondeó como ministro de Economía. Melconian está muy cerca de aceptar y en principio solicitó tres condiciones básicas, recordando sus legendarias refriegas con Peña: acceso directo al despacho presidencial, las renuncias de Quintana y Lopetegui y la creación de un Super Ministerio para liderar un programa económico que restaure la confianza del mercado y satisfaga las metas propuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El gabinete quedaría conformado de la siguinte manera: Economía: Carlos Melconian, Cancillería: Alfonso Prat Gay, Producción: Dante Sica, Energía: Javier Iguacel, Transporte: Guillermo Dietrich, Interior: Rogelio Frigerio, Desarrollo Social: Carolina Stanley y Educación: Alejandro Finocchiaro.

Macri debe resolver una interna política antes de determinar cómo quedarán las carteras de Defensa y Seguridad. El presidente le propuso a Ernesto Sanz ocupar el ministerio de Defensa, en reemplazo del ministro Aguad. Y Sanz replicó que le gustaría sumar Seguridad a Defensa, un pedido que transforma a Patricia Bullrich en secretaria de Estado. Bullrich ha trabajado 20 horas por día, y Macri lo sabe. Bullrich no quiere ser secretaria de Seguridad y el Presidente no quiere que abandone la Casa Rosada.