¿Mago o ilusionista?

Detrás de un camuflaje de mago, un artista apasionado por generar sensaciones, en un afán de lograr un clima mágico que rodeé a cada uno de sus espectadores.

Emanuel Gandolfo,  conocido como el mago Emanuel, vestido completamente de negro a simple vista se aleja de aquel personaje enigmático que se presenta frente a personas de todas las edades dispuestas a sorprenderse.

En un camarín casi vacío, los elementos con los cuales genera esa ilusión se encuentran ocultos, apartados para resguardar su “magia”. Sobre una mesa unas cartas, algunas baterías. En un perchero, sus prendas de color negro para el show. El mago Emanuel en su espacio monocromo, ligeramente sombrío, disimula todas las sorpresas contenidas en una simple habitación.

Con sus comienzos a los 14 años, este ilusionista afirma que la magia no existe aunque en el escenario se siente como si fuese genuina. Un trabajo en el cual se debe sentir de la misma forma que lo que se quiere transmitir. Sentir la magia, sentir que todo lo que ocurre es real.

Emanuel se ha desarrollado artísticamente toda su vida, dejando la arquitectura para entrar de lleno a un mundo de ilusión que lo acompañaría por diferentes países hasta el día de hoy. Buscando noche a noche sorprender a grandes y pequeños.

“La idea es generar emociones” dice Emanuel respecto de su objetivo principal. Lo cual puede sentir cada persona preparada para dejarse llevar y sumergirse en otro mundo, en donde sólo se debe disfrutar y observar.