Nair Amuedo junto a Cristina Pot, ex presa politica.

Nair Amuedo, una de las integrantes de la Agrupación Madres de Plaza de Mayo, pasó por Carlos Paz en la semana previa al 24 de marzo, que fue declarado como Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia en Argentina. Ese día se conmemora a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, que tomó por la fuerza al Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.

Treinta mil desaparecidos nos hablan de la etapa más oscura de nuestro país, por lo cual es una fecha propicia para la reflexión y el análisis crítico de nuestra historia.

Muchas vidas quedaron truncas y miles de familias siguieron luchando a lo largo de los años por esas personas, en su mayoría jóvenes, que un día  faltaron de sus hogares violentamente.

En diálogo con la prensa de Carlos Paz, Nair Amuedo relató la forma en la que desaparecieron su hija y yerno, y recordó el clima de mentira y ocultamiento que existía por aquel entonces.

Patricia Rossana Maddalena de Romero, hija de Nair, fue detenida y desaparecida el 28 de agosto de 1976 a los 19 años de edad, luego de ver cómo las fuerzas militares asesinaban a su esposo Juan Ramón Romero en su casa, ante la presencia de sus dos pequeños niños.

“Nosotras seguimos luchando por la causa. Cuando Videla dijo que nuestros hijos estaban desaparecidos, nos hizo creer en la posibilidad de que estuvieran vivos, cuando esto no era así. Pero estuvimos años luchando por la vida de nuestros hijos. Jamás pensamos en las torturas y las cosas que hicieron, nos enteramos después”, contó Nair Amuedo, acompañada por miembros de la Comisión de la Defensa de Derechos Humanos, Mesa de trabajo provincial de Córdoba, en conferencia de prensa realizada en nuestra ciudad.

Y comenzó a narrar aquella noche en la que cambió sus vidas para siempre . “En mi caso particular, mi hija estaba casada y tenía  dos hijos muy pequeños, una beba que tenía 44 días y un nene de 2 años y 3 meses. Una noche entraron a su casa rompiendo todo, incluso la puerta de su casita de madera, porque en una oportunidad ya les habían allanado el departamento.  A él lo mataron y ella salió con los dos chicos en los brazos y se los entregó al vecino”.

La voz de Nair se fue quebrando a medida que continuaba el relato. “Esto es muy triste para mí recordarlo… Ella estaba en camisón y descalza, así se la llevaron. Nosotros los abuelos pudimos hacernos cargo de los chicos porque nos avisaron enseguida. La mamá de mi yerno había ido a la casa y encontró todo roto y se enteró de lo que había pasado. Así que recuperamos a los niños y los cuidamos mucho. Teníamos miedo a los “grupos de tarea” que se le decían, así que estábamos siempre muy atentos para que no les hicieran nada”.

La causa de las Madres

Después de contar brevemente su historia, Nair habló de los frutos de la lucha de Madres de Plaza de Mayo, la agrupación que la ayudó a continuar con su vida abrazando la causa de los hijos desaparecidos y la denuncia de la violación de los derechos humanos a lo largo y a lo ancho del país.

“Pudimos conseguir algo que no habíamos soñado como fue enjuiciar a los asesinos , cuando nos dimos cuenta que los nuestros, nuestros hijos ya no volvían, nuestras esperanzas estaban perdidas pero queríamos justicia y seguimos luchando por la justicia y por la memoria”, expresó la mujer.

Y continuó: “La memoria para mí va junto al poder, porque todos los que nos hacen tantas promesas al pueblo y después no cumplen se olvidan lo que nos prometieron. Para eso existe la memoria, ¿memoria para qué? Para recordarles todo lo que nos han prometido y no cumplieron. Este tiene que ser un pueblo que se levante, que cuando haya una concentración podamos participar y militar. Y que quienes gobiernen cumplan con nosotros porque para eso votamos”.

Por último, Nair manifestó: “Argentina fue el primer lugar del mundo donde los asesinos fueron juzgados en su patria, con sus propios jueces y en su propio idioma”.

La lucha de Abuelas

“Algo que no hay que olvidar son las torturas que cometían los militares con las mujeres. Cuando los niños de las mujeres embarazadas nacían, les hacían limpiar el lugar donde habían parido inmediatamente, les quitaban a sus hijos y luego las mataban. Por eso hay tantos chicos desaparecidos, se los daban a diferentes familias. Por eso las Abuelas de Plaza de Mayo siguen en la lucha y tenemos que acompañarlas siempre.

Hasta el día de hoy Nair recorre el país transmitiendo su historia de la mano de la Secretaría de Cultura de la Nación – Programa de Derechos Humanos. Además, la mujer acompaña en diversas acciones al “Programa Educación y Memoria” fortaleciendo la construcción de la Memoria en el ámbito educativo.