Esteban Diácono es un diseñador carlospacense, especialista en arte digital y animación 3D.

De reconocida labor internacional, Diácono tiene como virtud sobresaliente su creciente pasión por el diseño y la innovación tecnológica a lo largo de los años. Además de ser poseedor de un gran talento para crear y comunicar a través de ese lenguaje.

Esteban estudió en el IESS y colaboró en el diseño editorial del Semanario Bamba hasta que se mudó a Córdoba capital para trabajar y luego fue convocado por un estudio de animación de primer nivel en Buenos Aires. Y así partió a vivir en la gran ciudad con nuevos sueños y propósitos.

Hoy, después de 20 años, es considerado por muchos como un artista digital, pero él reniega de esa definición.  Se considera a sí mismo como un “creador de contenidos”. Trabaja junto su esposa Abi en el ámbito publicitario para grandes empresas a nivel mundial como Apple, Nike, Gucci, MTV, Swarovski, Fender, desde su propia empresa www.estebandiacono.com, Estudio de animación.

El arte y el trabajo

“No me siento un artista”, le dijo Esteban Diácono a Carlos Paz Vivo! .

Nunca me ha gustado considerarme como otra cosa que no sea un trabajador, o una persona que realmente tiene una pasión por lo que hace. No hay intención artística en lo que hago, pero tampoco puedo controlar como la gente lo percibe. A mí me gusta estar en el estudio a las 8 de la mañana e ir tachando cosas de mis listas, una por una, aseveró y agregó: “Soy demasiado aburrido, metódico y obsesivo como para hacerme el interesante poniéndome una boina imaginaria. A veces el concepto o la imagen del artista se asocia a cierta bohemia que no puede estar más lejos de mi caso”.

Hace un tiempo, Diácono fue parte de una exhibición de arte realizada en Roma junto a artistas reconocidos del campo, lo que significó todo un reconocimiento a su trabajo y trayectoria.

Todavía no puedo sacudirme la incomodidad de haber tenido que jugar aunque sea por un rato, ese papel que no me sienta”, dijo en relación a esa experiencia. 2Creo que si tuviera que definir lo que hago o hacemos de una forma neutral, diría que creamos contenido, que es lo más cercano a la realidad que se me ocurre”, agregó.

Ribbon Randomizer, animación de Esteban Diácono.

Dejar Carlos Paz

“Me fui de Carlos Paz alrededor del 2002. Para esa época estaba trabajando diariamente en Córdoba capital. Ir y venir a cualquier hora (gracias a los horarios extraños e inusuales de la publicidad) se me hacía pesado. Vine a vivir a Buenos Aires un año después, en el 2004, coincidiendo con mis 30 años”, contó.

Luego, detalló: “En ambas mudanzas, de Carlos Paz a Córdoba y de allí a Buenos Aires, el gran disparador fue lo laboral. Cuando me mudé a Córdoba fue para trabajar en una productora publicitaria, y vine a Buenos Aires cuando conseguí trabajo en un estudio de diseño y animación que en su momento era uno de los más importantes de Sudamérica”.

De formación, autodidacta

En un principio, a Esteban Diácono le interesaba el diseño gráfico tradicional, pero luego fue encontrando y explorando otras herramientas que lo enamoraron, para seguir aprendiendo y asumiendo nuevos desafíos.

“Había crecido muy influenciado por Fabián Carreras (creador del logo de Villa Carlos Paz), a quien había conocido en una clase del secundario, ya que es hermano de quien era mi profesora de artes plásticas en el IES. Lamentablemente no tuve la posibilidad de estudiar la carrera; en esa época solo podías estudiar Diseño Gráfico en la Universidad Siglo 21, en Córdoba, y era una carrera muy incipiente, y estaba más emparentada con lo plástico que con la comunicación”, recordó el diseñador sobre sus inicios.

En relación a su formación autodidacta, comentó: “En vez de estudiar, logré que mi madre me prestara algo de dinero y pude comprar mi primer computadora con la que empecé a aprender el oficio digital, que eventualmente me llevó más para el lado de la animación que del diseño”.

Y añadió: “Si bien las herramientas de animación o los recursos de aprendizaje disponibles en esos años eran escasos y tenías que tener muchísima paciencia, me di cuenta temprano que ese mundo tenía capas y capas de profundidad y me fascinó completamente. Así que empecé a aprender de a poco, en base a la curiosidad que tenía y las ganas de progresar”.

De videos estudiantiles a HBO y Animal Planet

Diácono empezó trabajando para productoras de videos turísticos y estudiantiles. Hacía pequeñas animaciones de apertura y cosas similares a las que hacía CQC (programa de TV conducido por Mario Pergolini) en esos años.  “Intervenía  grabaciones diarias que nos traían con elementos divertidos y distorsiones varias. Con mis primeros empleadores aprendí sobre los ritmos de trabajo (antes de eso solo había trabajado con mi madre ayudando en su negocio, en rol de hijo). Me divertía mucho, aunque era un trabajo agotador y nos explotaban”, recordó el diseñador sobre sus comienzos.

Años después, a través de una amiga con la que hacía algunos trabajos de diseño editorial para el semanario Bamba, conoció a Marcelo Bosch, el director de publicidad que se transformó en mentor y amigo.

“Él fue quien me llevó a trabajar a Córdoba, a una productora, Malevo Films, donde comencé a realizar tareas de edición, corrección de color, alguna cosa chiquita de animación para promos, etc.  Marcelo y el resto de ese equipo me enseñaron muchísimo, y fue mi primer contacto con el mundo publicitario y de la realización profesional”, aseguró Diácono.

Después de trabajar unos años allí, surgió la posibilidad de una entrevista laboral en Buenos Aires para un puesto de diseño y animación en un estudio, Steinbranding,  que a él le gustaba mucho y que estaba dedicado exclusivamente al branding televisivo.

“Ese tipo de trabajo estaba más alineado con mi interés en ese momento, así que mandé un CD con mi demo reel por correo, y a las dos semanas me contestaron invitándome a conocer el estudio y charlar un poco. Eventualmente conseguí el trabajo y me mudé, listo para empezar una nueva etapa,  un poco a los tumbos, porque no conocía a nadie en Buenos Aires”, detalló.

Crecimiento

Trabajar en Steinbranding me rompió la cabeza, ya que por primera vez me vi rodeado de un equipo enorme de jóvenes profesionales que estaban exactamente en la misma sintonía que yo. Si bien siempre me sentí un poco como sapo de otro pozo, ya que todos mis compañeros eran egresados de la UBA y sabían muchísimo, todos esos años de ser autodidacta empezaron a brindar sus frutos, dado que yo tenía un conocimiento mayor de las herramientas de animación y tenía bastante más de experiencia y edad, que la gran mayoría”, comentó sobre la experiencia en Buenos Aires, que lo ayudó la desplegar su creatividad.

Aunque los primeros años fueron difíciles para Esteban y le costó encontrar un lugar donde vivir y aclimatarse al ritmo porteño, de a poco se fue acostumbrando.  Al cabo de unos 3 o 4 años de trabajar en esa compañía y hacer trabajos para FOX, El Gourmet, Hallmark Channel, HBO, Animal Planet y  otras cadenas de TV más, sintió que era momento de seguir los instintos y cambiar. Por lo tanto, tomó un trabajo en un estudio más pequeño pero más especializado.

Wire, otro trabajo de Esteban Diácono.

La primera publicación viral

A mediados del 2008, el diseñador comenzó a experimentar fuera del ámbito laboral. “Estaba muy interesado en la relación entre imágenes y sonido, y un fin de semana, usando un tema de un compositor islandés que hace música neo-clásica, hice una visualización usando sistemas de partículas que se hizo (para los estándares de la época), viral”, recordó como uno de los saltos más significativos de su carrera.

A partir de allí, empezaron a llegar propuestas de estudios y compañías del exterior para hacer trabajos y ser parte de equipos remotos.

Los desafíos de crecer

Luego, Esteban buscó acomodarse para llegar a sus metas. “Durante un tiempo intenté la doble vida de trabajar bajo relación de dependencia de 10 a 18 hs y a partir de esa hora y durante los fines de semana, hacer trabajos freelance. Al cabo de no mucho tiempo me di cuenta que era un ritmo insostenible, y con mucho miedo pero con mucho entusiasmo, dejé mi trabajo diario y me dediqué 100% a los nuevos desafíos que iban apareciendo”, comentó.

Esos primeros tres años fueron muy interesantes y satisfactorios, ya que tuve la posibilidad de viajar mucho por trabajo y vivir en lugares que no hubiera pensado nunca que iba a visitar. Viví durante unos 6 meses en Londres, otros 6 en Estambul; pasé bastante tiempo en NYC y en Singapur, y anduve un buen tiempo de acá para allá entre trabajos, simplemente aprovechando las posibilidades del momento”, rememoró.

La empresa propia y familiar

“Desde hace unos 8 años, mi esposa Abi y yo tenemos nuestra pequeña empresa, y continuamos trabajando tanto de manera comercial como con proyectos personales”, señaló Diácono sobre su presente.

Además, se mostró muy agradecido por su situación actual: “Nuestro presente es bastante interesante. Tenemos la fortuna de no solo trabajar de manera continua con clientes de todas partes, sino también de poder dedicarle tiempo a la experimentación y a las cosas que nos llaman la atención”.

Respecto a las perlitas de su profesión, Esteban Diácono sostuvo: “En estos veinte y pico de años he y hemos tenido la suerte de trabajar en todo tipo de proyectos; chicos, grandes, con mucha o escasa repercusión, pero siempre tratando de mantener una identidad nuestra en cada cosa que sale del estudio”.

El diseñador y su mujer Abi, tuvieron la suerte de trabajar con  Stefan Sagmeister, una leyenda del diseño con quien colaboró en proyectos comerciales y artísticos; con Iris Van Herpen, una diseñadora de moda holandesa de vanguardia y Takashi Murakami, uno de los artistas pop más famosos e interesantes del mundo.

Trends, de Esteban Diácono.

Su vínculo con Carlos Paz

Consultado por el vínculo que hoy tiene con Villa Carlos Paz, aseguró: “ Siempre va a ser la ciudad donde pasé la mayor parte de mi vida y tengo miles de recuerdos absolutamente imborrables de los años en que viví allá”.

Y consideró: “Mas allá de eso, me asumo sin problemas como un bicho de ciudad, y soy un poco adicto a la oferta sin fin de las ciudades grandes e incluso a su demencia cotidiana”.

Diácono remarcó  que “después de tantos años frenéticos”, le cuesta imaginar volver a una vida más tranquila. “Sin duda disfruto volver a Carlos Paz para visitar a mi madre, quien sigue viviendo allá, y me encanta cruzarme con algún amigo o simplemente disfrutar del paisaje que durante tantos años fue el escenario de mi vida”.