El 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil por una iniciativa que lanzó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002 para concientizar sobre la magnitud de este problema y organizar el esfuerzo contra el impacto detrás del trabajo infantil.

En Argentina, 1 de cada 10 niños, niñas y adolescentes que viven en áreas urbanas realiza al menos una actividad productiva, cifra que se duplica en el sector rural. En este sentido, la pandemia profundizó el escenario: a finales de 2021, entre las y los adolescentes que realizaban alguna actividad laboral orientada al mercado, 7 de cada 10 habían comenzado a realizarla desde el inicio de la cuarentena, según un relevamiento de UNICEF, realizado con el apoyo de la OIT y del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

“En todo el mundo, aún trabajan más de 160 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años, según las estimaciones más recientes elaboradas de manera conjunta por la OIT y UNICEF”, dijo Yukiko Arai, directora de la OIT Argentina. Esa cifra, precisó, podría aumentar en 8,9 millones para fines de 2022 como consecuencia de la crisis actual.

De acuerdo con Arai, “el diálogo social tripartito y las acciones conjuntas con el gobierno, los empleadores y los trabajadores, son fundamentales para abordar el trabajo infantil de una manera integral”. Para esto, explicó la directora de la OIT, se requieren políticas públicas complementarias en las áreas de educación y salud, mejorar los sistemas de cuidado, promover el trabajo decente para todas las personas adultas y fortalecer los sistemas de protección social.