A tres días del trágico derrumbe en un edificio de barrio Güemes, que provocó la muerte de Ramiro Alaniz Cortés y dejó a otras siete personas heridas, los dueños del bar Posto, ubicado en la planta baja del inmueble siniestrado, anunciaron el cierre definitivo del local.

“Con mucho dolor y tristeza en el alma, les agradecemos a todos nuestros clientes, vecinos y amigos que nos acompañaron en estos tres años”, publicaron en sus redes sociales a través de una historia de Instagram que confirmaba la decisión. El mensaje fue breve, pero contundente. El bar de boulevard San Juan al 673, donde ocurrió la tragedia, no volverá a abrir sus puertas.

Una tragedia evitable

El derrumbe ocurrió el sábado por la noche durante una jornada de vientos intensos. Una masa de ladrillos de revestimiento cayó desde una gran altura —entre el noveno y el 13° piso— sobre el techo de la vivienda ubicada sobre el bar, provocando el colapso de la estructura. Ramiro, que estaba en el interior del local, quedó atrapado entre los escombros y murió por asfixia mecánica por compresión. Otras personas fueron rescatadas con heridas de distinta gravedad.

El edificio, identificado como María Reina V, está bajo investigación. La Justicia analiza si cumplía con las condiciones estructurales y de mantenimiento exigidas por ordenanzas municipales, y también evalúa posibles responsabilidades de la constructora Fito SRL, del consorcio de propietarios y del propio municipio, por posibles fallas en los controles.

El dolor y la incertidumbre

Uno de los dueños del bar, visiblemente afectado, dijo a medios locales: “Estoy en el auto al costado de la calle llorando. No vamos a hablar más con la prensa”. El golpe emocional, sumado a las pérdidas económicas y al trauma que vive el equipo del local, motivó la drástica decisión de cerrar definitivamente.

Mientras tanto, los habitantes de la vivienda ubicada sobre el bar —una familia que sobrevivió de milagro— también atraviesan momentos difíciles. A pesar de haber sido asistidos con una solución habitacional de emergencia, aún no pueden ingresar a recuperar sus pertenencias por riesgo estructural.

La causa judicial y los nuevos actores

En las últimas horas, la dueña del inmueble destruido, María Emilia, se presentó como querellante en la causa, patrocinada por el abogado Carlos Nayi, quien pidió que se determine si se cumplieron los controles municipales correspondientes y se investigue la responsabilidad del consorcio y la empresa constructora.

En paralelo, la Municipalidad de Córdoba emplazó al consorcio a presentar un plan de remediación en un plazo de 24 horas. El riesgo de nuevos desprendimientos sigue siendo alto, ya que parte del muro de ladrillos que cayó permanece inestable.

La tragedia dejó mucho más que escombros: una víctima fatal, personas heridas, una familia sin hogar, y un emprendimiento barrial destruido para siempre. Lo que sigue es la búsqueda de justicia y el reclamo social por mayores controles y responsabilidades claras en la construcción y mantenimiento de los edificios en la ciudad.