El futbolista Dani Alves declaró este lunes y dijo que es inocente. En su descargo, aseguró que no agredió sexualmente el pasado 30 de diciembre a una joven de 23 años en un baño de los reservados de la discoteca Sutton de Barcelona.

Alves fue quien pidió declarar ante la jueza que instruye el caso, la cual había ordenado su ingreso a prisión.

Según Infobae, esta vez, ha intentado dar una versión definitiva de lo sucedido esa noche, señalando que las relaciones que mantuvieron “fueron consentidas”. Su defensa presentará este martes un escrito de alegaciones para pedir su libertad.

La declaración duró 30 minutos y Alves insistió en que se considera una persona “respetuosa” con las mujeres y que tuvo relaciones con la joven porque percibió predisposición por parte de ella.

Contó que llegó al local con unamigo, y que los responsables de la discoteca les ubicaron en una mesa del reservado. Allí conocieron a la denunciante y a dos amigas, con las que hablaron y bailaron. Al detectar que había química entre ellos, el jugador le propuso ir a un lugar más privado. Ella accedió y decidieron ir al baño. Allí hicieron el amor, “en un acto libre y voluntario”.

De esta forma, intentó dejar en claro que las relaciones sexuales fueron “consentidas por ambos” y los dos pactaron que él regresaría al reservado primero y después lo haría ella minutos después para no levantar sospechas.

El mayor problema que se le presenta al jugador de Pumas de México, son las veces que cambió las versiones de los hechos.

Primero, había declarado que no conocía a la joven que lo denunciaba y expresó que seguramente lo acusaba para aprovecharse de su fama.

Ahora, asegura que dio esa excusa para intentar salvar su matrimonio con su esposa, Joana Sanz, quien ya le pidió el divorcio.

Sobre su mujer declaró: “Aun la quiero”.