Luis Reanudo y Andrés Zapata se conocieron hace seis años. Los dos confiesan que estaban descreídos del amor y se imaginaban solos por mucho rato. La realidad los desmintió. Se pusieron en pareja y se saben felices juntos.
Con el paso del tiempo, el deseo de ser padres se consolidó. Y, otra vez, la sensación de que no iba a poder ser. Una pareja gay, trabajadores de clase media sin acceso a los recursos para viajar al exterior y conseguir una subrogación. La ley argentina que quedó a medio camino por las presiones religiosas cuando se reformó el Código Civil.
Sin embargo, la realidad volvió a sorprenderlos. Sucedió que una amiga de la pareja, María, compañera de trabajo de Luis, quien tiene un hijo adolescente y su pareja, les ofreció ser la mamá gestante de su hijo.
Su profunda generosidad hizo que el juez de Villa María Sebastián Monjo, emitiera “un fallo tan ejemplar como emocionante, en el que reconoció el derecho de dos varones con vocación indubitable procreacional a ser considerados en igualdad ante la ley que una pareja heterosexual y el de una mujer, informada, consciente del acto, de ser la gestante de un hijo que no es de ella”, así lo expresó el periodista Luis Novaresio en Infobae.
Próximos pasos
Al parecer, solo falta que la obra social de Luis y Andrés cumpla con la ley y costee el tratamiento de fertilización in vitro para que comience el proceso de gestación y los transforme en los primeros hombres que consiguen el derecho a ser padres en Argentina por subrogación por sustitución.
Uno de los grandes obstáculos son los altos costos del tratamiento de fertilización in vitro. Por lo pronto, Luis y Andrés dicen haber conseguido en la ciudad de Rosario, una clínica que es significativamente más económica que la que posee convenio con la obra social.
Ellos consiguieron lo más difícil y no están dispuestos a darse por vencidos.
Fuente: Infobae.
