El pasado miércoles 24 de noviembre fueron allanadas las sedes del Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto y la residencia franciscana de San Antonio de Arredondo (sur de Punilla), en el marco de una causa por distribución de imágenes de abuso sexual infantil.

Con resultado negativo en cuanto a secuestros, el procedimiento a cargo del fiscal de Ciberdelitos de Córdoba Franco Pilnik también incluyó una intervención en la vivienda de un exseminarista que hasta meses atrás estuvo en esas dos sedes religiosas.

En la vivienda de Zaldarriaga al 100 de barrio Maldonado, de la capital provincial, fue detenido Jonatan Mansilla, de 23 años, quien se desvinculó del seminario poco tiempo atrás. Allí se secuestraron diversos dispositivos electrónicos, entre celulares y computadoras.

Pilnik imputó al joven por “distribución de imágenes de abuso sexual infantil agravada por la participación de (niños) menores de 13 años” y lo dejó detenido a su disposición.

Según La Voz del Interior, trascendió de fuentes judiciales que, mientras en los allanamientos en las sedes religiosas no se hallaron computadoras u otros dispositivos que contuvieran imágenes prohibidas, el material secuestrado a Mansilla en su domicilio es peritado a la espera de hallar lo que están buscando desde el comienzo: las imágenes de niños en contextos de abuso sexual que dieron origen a esta investigación.

Alerta internacional

¿Cómo se generó semejante operativo que hizo necesarios los allanamientos en las sedes religiosas? Como suele suceder, todo provino desde el extranjero y, como es habitual, desde Estados Unidos.

Un reporte internacional advirtió a las autoridades nacionales que desde Córdoba, Argentina, se estaban distribuyendo imágenes de abuso sexual infantil, lo que de modo común y vulgar se llama “pornografía infantil”. Pero la pornografía es una actividad que reúne a dos o más personas mayores, con el consentimiento respectivo. Cuando se involucra a menores, ese consentimiento, de por sí, no existe. Por lo tanto, lo correcto es llamar a esas imágenes “abuso sexual infantil”.

Las alertas se generan en Estados Unidos por una cuestión de legislación y por estar radicados allí los gigantes informáticos y principales proveedores de internet.

Argentina recibió un reporte del NCMEC (en inglés, National Center for Missing and Exploited Children, o Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados), entidad privada creada por el Congreso de los Estados Unidos que monitorea el tráfico de imágenes prohibidas con protagonismo de niños.

Por ley, este organismo recibe de los proveedores de servicios de internet y redes sociales los reportes de abusos sexuales infantiles que detectan en sus sitios, y luego los comunica a la Justicia. Esas megaempresas tienen software con detectores capaces de individualizar ese tipo de material, lo que hace saltar una alarma.

En el caso del exseminarista cordobés, la red social Facebook envió un reporte al NCMEC y se determinó que la circulación de imágenes se producía desde Argentina, más precisamente desde Córdoba.

La versión de la iglesia

Un vocero del Arzobispado de Córdoba confirmó los allanamientos, pero aclaró que el joven detenido “hacía más de un año que se había ido del Seminario, por su propia decisión”. Dijeron que las autoridades y los formadores del Seminario Mayor no estaban en conocimiento de estas actividades y que no había “ningún indicio en sus actitudes de que podría tener esta conducta”.

Detallaron que cada seminarista tiene un cuarto propio y que no tienen prohibido utilizar dispositivos electrónicos como celulares, tablets o notebooks. Ahora están buscando generar un filtro o bloqueo a la conexión de internet de la Iglesia para algunos dominios, aunque el vocero confió que esto recién se ve como necesario a partir de este caso, “porque es una conducta muy inusual, que generó mucha sorpresa”.

“En el Seminario Mayor, los formadores están atentos a quienes están preparando, y los conocen bien. Pero en este caso no hubo nada que les llamara la atención. Se fue por su propia voluntad porque aparentemente buscaba otro carisma y eligió seguir su camino con los franciscanos. Sin conflictos. Tengo entendido que también abandonó hace algunos meses esa orden”, detalló la fuente del clero.

En un primer momento se pensó que se había allanado el Arzobispado, que está ubicado en el edificio contiguo del Seminario Mayor. “El fiscal agradeció la colaboración”, confiaron desde la Iglesia Católica.

La investigación

El reporte se envió a la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencias (Ufeci) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). Allí lo reenviaron a Córdoba, al fiscal especializado en esta materia, Pilnik.

Si bien los abusos sexuales infantiles son materia del fuero de Delitos contra la Integridad Sexual, al no estar identificadas las víctimas, la causa se mantiene en Ciberdelitos.

Con los datos recibidos, el fiscal de Cibercrimen de Córdoba comenzó a desmenuzar los datos que recibió y, a partir de la IP de la cuenta que hacía circular las imágenes con niños, fue afinando la búsqueda y centralizándola en una persona concreta.

Esa persona utilizaba dos cuentas de Facebook y había estado logueada en su domicilio y en las dos sedes religiosas. Por esto, se allanaron las tres locaciones, si bien se aclaró que en el Arzobispado y en la residencia franciscana no se halló material prohibido.

El primer objetivo allanado fue la casa de barrio Maldonado, donde detuvieron a Mansilla y se llevaron los aparatos que utilizaba. Luego, una pequeña delegación judicial llegó con sigilo a la sede religiosa de Nueva Córdoba y otra a la residencia serrana de la orden franciscana.

Según fuentes judiciales, además de no hallar material prohibido en las computadoras de uso común, se informó que los seminaristas suelen tener sus propios dispositivos portátiles, especialmente teléfonos celulares.

Fuente: La Voz del Interior.